El Primer Libro de Reyes

1 Reyes


Abisag la sunamita atiende a David


1 Cuando el rey David era anciano, de edad avanzada, lo cubrían con ropas, pero no se calentaba. 2 Por tanto, sus servidores le dijeron: "Que busquen para mi señor el rey una joven virgen, a fin de que esté en la presencia del rey, le atienda y duerma en su seno, para que dé calor a mi señor el rey."

3 Entonces buscaron a una joven bella por todo el territorio de Israel. Hallaron a Abisag la sunamita y la llevaron al rey. 4 La joven era sumamente bella. Ella atendía al rey y le servía, pero el rey no la conoció.

Adonías procura usurpar el trono


5 Entonces Adonías, hijo de Haguit, se enalteció diciendo: "¡Yo seré rey!" Y se consiguió un carro, jinetes y cincuenta hombres que corriesen delante de él. 6 En toda su vida, su padre no le había contrariado diciéndole: "¿Por qué has actuado así?" El era también de muy buena presencia y había nacido después de Absalón.

7 Adonías tenía tratos con Joab, hijo de Sarvia, y con el sacerdote Abiatar. Ellos respaldaban a Adonías; 8 pero el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de Joyada, el profeta Natán, Simei, Rei y los valientes que tenía David no seguían a Adonías. 9 Adonías mató ovejas, vacas y ganado engordado junto a la peña de Zojélet, que está cerca de En-rogel; e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá, servidores del rey. 10 Pero no invitó al profeta Natán, ni a Benaías, ni a los valientes, ni a su hermano Salomón.

David proclama rey a Salomón


11 Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón, diciendo:

-¿No has oído que reina Adonías, hijo de Haguit, sin que lo sepa nuestro señor David? 12 Ahora pues, ven, déjame darte un consejo para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón: 13 Vé, entra a la presencia del rey David y dile: "Mi señor el rey, ¿no has jurado tú a tu sierva diciendo: ’Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono’? ¿Por qué, pues, reina Adonías?" 14 Mientras tú aún estés allí hablando con el rey, he aquí que yo entraré detrás de ti y confirmaré tus palabras.

15 Entonces Betsabé entró en el dormitorio del rey. El rey era muy anciano, y Abisag la sunamita le servía. 16 Betsabé se inclinó y se postró ante el rey, y éste preguntó:

-¿Qué quieres?

17 Ella le respondió:

-Señor mío, tú has jurado a tu sierva por Jehovah tu Dios: "Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono." 18 Pero ahora, he aquí que reina Adonías; y tú, mi señor el rey, no lo sabes. 19 El ha matado numerosos bueyes, ganado engordado y ovejas; ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, jefe del ejército; pero no ha invitado a tu siervo Salomón. 20 Ahora bien, oh mi señor el rey, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey, después de él. 21 De otra manera, acontecerá que cuando mi señor el rey repose con sus padres, mi hijo Salomón y yo seremos tenidos por culpables.

22 Y he aquí, mientras ella todavía hablaba con el rey, llegó el profeta Natán. 23 E informaron al rey diciendo:

-El profeta Natán está aquí.

Cuando él entró a la presencia del rey, se postró a tierra sobre su rostro ante el rey. 24 Entonces dijo Natán:

-Mi señor el rey, ¿has dicho tú: "Adonías reinará después de mí, y él se sentará en mi trono"? 25 Porque hoy ha descendido y ha matado numerosos bueyes, ganado engordado y ovejas. Ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y al sacerdote Abiatar. He aquí, ellos están comiendo y bebiendo ante él, y han dicho: "¡Viva el rey Adonías!" 26 Pero no me ha invitado a mí, tu siervo; ni al sacerdote Sadoc, ni a Benaías hijo de Joyada, ni a tu siervo Salomón. 27 ¿Ha sido ordenado este asunto por mi señor el rey, sin haber informado a tu siervo quién se habría de sentar en el trono de mi señor el rey, después de él?

28 Entonces el rey David respondió diciendo:

-Llamadme a Betsabé.

Ella entró a la presencia del rey y se puso de pie delante de él. 29 Y el rey juró diciendo:

-¡Vive Jehovah que rescató mi alma de toda adversidad, 30 que como yo te he jurado por Jehovah Dios de Israel, diciendo: "Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en mi lugar", ciertamente así lo haré en el día de hoy!

31 Entonces Betsabé se inclinó con el rostro a tierra y se postró ante el rey, diciendo:

-¡Viva para siempre mi señor, el rey David!

32 Y el rey David dijo:

-Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán y a Benaías hijo de Joyada.

Ellos entraron a la presencia del rey, 33 y el rey les dijo:

-Tomad con vosotros a los servidores de vuestro señor, haced montar a mi hijo Salomón sobre mi mula y hacedle descender a Guijón. 34 El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo ungirán allí rey de Israel. Luego tocaréis la corneta y diréis "¡Viva el rey Salomón!" 35 Después subiréis vosotros detrás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará en mi lugar; porque a él le he designado para que sea el soberano de Israel y de Judá.

36 Benaías hijo de Joyada respondió al rey diciendo:

-¡Amén! Así lo diga Jehovah, Dios de mi señor el rey. 37 De la manera que Jehovah ha estado con mi señor el rey, así esté con Salomón y engrandezca su trono más que el trono de mi señor, el rey David.

38 El sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaías hijo de Joyada, los quereteos y los peleteos descendieron e hicieron montar a Salomón sobre la mula del rey David y lo condujeron a Guijón. 39 Entonces el sacerdote Sadoc tomó del tabernáculo el cuerno de aceite y ungió a Salomón. Luego tocaron la corneta, y todo el pueblo gritó:

-¡Viva el rey Salomón!

40 Después todo el pueblo subió tras él. La gente tocaba flautas y se regocijaba con tal regocijo que la tierra se partía con el estruendo de ellos.

Salomón perdona la vida a Adonías


41 Cuando habían acabado de comer, Adonías lo oyó, junto con todos los invitados que estaban con él. Y al oír Joab el sonido de la corneta, dijo:

-¿Por qué se alborota la ciudad con bullicio?

42 Mientras él aún hablaba, he aquí que llegó Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar; y Adonías le dijo:

-Entra, porque tú eres hombre valeroso y traerás buenas noticias.

43 Jonatán respondió y dijo a Adonías:

-Al contrario; porque nuestro señor el rey David ha hecho rey a Salomón. 44 El rey ha enviado con él al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, a Benaías hijo de Joyada y también a los quereteos y a los peleteos, los cuales le han hecho montar sobre la mula del rey. 45 El sacerdote Sadoc y el profeta Natán lo han ungido rey en Guijón. De allá han subido con gran regocijo, y la ciudad está llena de bullicio. Este es el alboroto que habéis oído. 46 Además, Salomón se ha sentado en el trono real. 47 También los servidores del rey han ido a congratular a nuestro señor el rey David, diciendo: "¡Tu Dios haga el nombre de Salomón más ilustre que tu nombre y engrandezca su trono más que el tuyo!" El mismo rey ha hecho reverencia desde su cama, 48 y el rey también ha hablado así: "¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, que ha dado hoy quien se siente en mi trono, y que mis ojos lo vean!"

49 Entonces todos los invitados que estaban con Adonías se estremecieron, se levantaron y se fueron, cada uno por su camino. 50 Pero Adonías, temiendo a Salomón, se levantó y fue a asirse de los cuernos del altar. 51 E informaron a Salomón diciendo:

-He aquí que Adonías tiene miedo del rey Salomón, y se ha asido de los cuernos del altar, diciendo: "¡Que me jure ahora el rey Salomón que no matará a espada a su siervo!"

52 Entonces Salomón dijo:

-Si demuestra ser un hombre digno, ni uno de sus cabellos caerá en tierra; pero si se halla maldad en él, morirá.

53 El rey Salomón mandó que le hicieran bajar del altar. El vino y se postró ante el rey Salomón. Y Salomón le dijo:

-Vete a tu casa.

David instruye a Salomón


2 Cuando se acercaban los días de la muerte de David, mandó a su hijo Salomón diciendo: 2 "Yo me voy por el camino de todo el mundo. Tú, esfuérzate y sé hombre. 3 Guarda lo que Jehovah tu Dios te ha encomendado, para andar en sus caminos y guardar sus estatutos, sus mandamientos, sus decretos y sus testimonios, como está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas; 4 a fin de que Jehovah cumpla su promesa que hizo acerca de mí, diciendo: ’Si tus hijos guardan sus caminos andando delante de mí con fidelidad, con todo su corazón y con toda su alma, jamás te faltará un hombre sobre el trono de Israel.’

5 "También tú sabes lo que me hizo Joab, hijo de Sarvia: lo que hizo a dos jefes del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a quienes mató derramando sangre de guerra en tiempo de paz y poniendo sangre de guerra en el cinturón que llevaba sobre sus lomos y en el calzado que tenía en sus pies. 6 Tú harás conforme a tu sabiduría; no dejarás que sus canas desciendan en paz al Seol.

7 "Pero mostrarás benevolencia a los hijos de Barzilai el galadita. Que ellos estén entre los que comen a tu mesa, porque se pusieron a mi lado cuando yo iba huyendo de tu hermano Absalón.

8 "He aquí, tienes contigo a Simei hijo de Gera, el benjaminita de Bajurim, quien me maldijo con una cruel maldición el día que yo iba a Majanaim. Pero cuando él mismo descendió a recibirme al Jordán, le juré por Jehovah diciendo: ’No te mataré a espada.’ 9 Pero ahora no lo absolverás. Puesto que tú eres un hombre sabio, sabrás lo que debes hacer con él; harás descender sus canas con sangre al Seol."

Muerte y sepultura de David


10 Entonces David reposó con sus padres y fue sepultado en la Ciudad de David. 11 El tiempo que David reinó sobre Israel fue de 40 años. En Hebrón reinó 7 años, y en Jerusalén reinó 33 años.

12 Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su reino fue firmemente establecido.

Salomón elimina a Adonías


13 Entonces Adonías, hijo de Haguit, fue a Betsabé, madre de Salomón, y ella le preguntó:

-¿Es pacífica tu visita?

El respondió:

-Es pacífica. 14 -Y añadió-: Tengo que decirte algo.

Ella dijo:

-Habla.

15 El dijo:

-Tú sabes que el reino era mío y que todo Israel había puesto la mirada en mí, para que yo reinara. Pero el reino cambió de manos y pasó a ser de mi hermano, porque por determinación de Jehovah era suyo. 16 Ahora, yo te hago una petición; no me la niegues.

Ella le dijo:

-Habla.

17 Entonces él dijo:

-Por favor, habla al rey Salomón, porque él no te lo negará, para que me dé por mujer a Abisag la sunamita.

18 Y Betsabé dijo:

-Bien, yo hablaré al rey por ti.

19 Betsabé fue al rey Salomón para hablarle a favor de Adonías. El rey se levantó para recibirla y le hizo reverencia. Volvió a sentarse en su trono e hizo poner una silla para la madre del rey, quien se sentó a su derecha. 20 Entonces ella dijo:

-Te haré una pequeña petición; no me la niegues.

El rey le dijo:

-Pide, madre mía, que no te la negaré.

21 Ella dijo:

-Que Abisag la sunamita sea dada por mujer a tu hermano Adonías.

22 El rey Salomón respondió y dijo a su madre:

-¿Por qué pides a Abisag la sunamita para Adonías? ¡Pide también el reino para él, porque es mi hermano mayor, y además tiene de su parte al sacerdote Abiatar y a Joab, hijo de Sarvia!

23 Entonces el rey Salomón juró por Jehovah diciendo:

-¡Así me haga Dios y aun me añada, que Adonías ha hablado estas palabras contra su propia vida! 24 Ahora pues, vive Jehovah que me ha confirmado, me ha hecho sentar en el trono de mi padre David y me ha hecho casa, como me había dicho, que Adonías morirá hoy mismo.

25 Entonces el rey Salomón envió a Benaías hijo de Joyada, quien arremetió contra Adonías, y éste murió.

Salomón excluye a Abiatar y a Joab


26 Después dijo el rey al sacerdote Abiatar:

-Vete a tus campos en Anatot, pues tú eres digno de muerte. Pero no te mataré hoy, porque has llevado el arca del Señor Jehovah delante de mi padre David, y porque has participado de todo aquello que mi padre sufrió.

27 Así excluyó Salomón a Abiatar de ser sacerdote de Jehovah, cumpliéndose la palabra que Jehovah había hablado en Silo acerca de la casa de Elí.

28 La noticia llegó hasta Joab, porque Joab también se había adherido a Adonías, aunque no se había adherido a Absalón. Joab huyó al tabernáculo de Jehovah y se asió de los cuernos del altar. 29 Informaron al rey Salomón que Joab había huido al tabernáculo de Jehovah y que estaba junto al altar. Entonces Salomón envió a Benaías hijo de Joyada, diciendo:

-¡Vé y arremete contra él!

30 Benaías entró en el tabernáculo de Jehovah y le dijo:

-El rey dice que salgas.

El dijo:

-No, sino que aquí moriré.

Benaías llevó la respuesta al rey diciendo:

-Así ha dicho Joab, y así me ha respondido . . .

31 Entonces el rey le dijo:

-Haz como él ha dicho. Arremete contra él, y sepúltalo. Así quitarás de mí y de la casa de mi padre la sangre que Joab ha derramado injustamente. 32 Jehovah hará recaer su sangre sobre su cabeza, porque sin que lo supiera mi padre David, arremetió y mató a espada a dos hombres más justos y mejores que él: a Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Israel; y a Amasa hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá. 33 La sangre de ellos recaiga sobre la cabeza de Joab y sobre la cabeza de sus descendientes, para siempre. Pero haya paz de parte de Jehovah para David y sus descendientes, y para su casa y su trono, por siempre.

34 Entonces Benaías hijo de Joyada fue, arremetió contra él y lo mató. Y fue sepultado en su casa en el desierto. 35 El rey puso en su lugar, al mando del ejército, a Benaías hijo de Joyada; también el rey puso al sacerdote Sadoc en lugar de Abiatar.

Salomón elimina a Simei


36 Después el rey envió a llamar a Simei y le dijo:

-Edifícate una casa en Jerusalén y habita allí. No salgas de allí a ninguna parte, 37 porque debes saber bien que el día que salgas y cruces el arroyo de Quedrón, morirás irremisiblemente; y tu sangre recaerá sobre tu cabeza.

38 Simei dijo al rey:

-Está bien lo que dices. Tu siervo hará así como ha dicho mi señor el rey.

Simei habitó en Jerusalén mucho tiempo. 39 Pero aconteció, pasados tres años, que se le escaparon a Simei dos esclavos y se fueron a Aquis hijo de Maaca, rey de Gat. E informaron a Simei, diciendo: "He aquí que tus esclavos están en Gat." 40 Entonces Simei se levantó, aparejó su asno y fue a Gat, ante Aquis, para buscar a sus esclavos. Fue, pues, Simei e hizo volver de Gat a sus esclavos.

41 Se le informó a Salomón que Simei había ido de Jerusalén a Gat y que había regresado. 42 El rey envió a llamar a Simei y le dijo:

-¿No te hice jurar por Jehovah y te advertí diciendo: "El día que salgas y vayas a alguna parte, ten por cierto que morirás irremisiblemente"? Y tú me dijiste: "Está bien lo que dices; yo obedeceré." 43 ¿Por qué, pues, no guardaste el juramento de Jehovah y el mandato que te impuse? 44 -El rey dijo además a Simei-: Tú conoces, tú conoces bien toda la maldad que cometiste contra mi padre David. Jehovah, pues, ha vuelto tu maldad sobre tu cabeza. 45 El rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme delante de Jehovah para siempre.

46 Entonces el rey mandó a Benaías hijo de Joyada, quien salió y arremetió contra Simei, y éste murió.

Así fue consolidado el reino en mano de Salomón.

Salomón pide sabiduría para gobernar


3 Salomón emparentó con el faraón, rey de Egipto, porque tomó a la hija del faraón y la trajo a la Ciudad de David, mientras acababa de edificar su casa, la casa de Jehovah y los muros alrededor de Jerusalén.

2 Hasta entonces el pueblo ofrecía sacrificios en los lugares altos, porque en aquellos tiempos no había sido edificada una casa al nombre de Jehovah. 3 Salomón amaba a Jehovah y caminaba en los estatutos de su padre David; sólo que sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos.

4 Entonces el rey fue a Gabaón, que era el lugar alto principal, para ofrecer sacrificios allí. Salomón ofreció mil holocaustos sobre aquel altar. 5 En Gabaón Jehovah se apareció a Salomón en el sueño de la noche. Y le dijo Dios:

-Pide lo que quieras que yo te dé.

6 Y Salomón respondió:

-Tú has mostrado gran misericordia a tu siervo David, mi padre, porque él anduvo delante de ti con fidelidad, con justicia y con rectitud de corazón para contigo. Tú le has conservado esta gran misericordia y le has dado un hijo que se siente en su trono, como en este día. 7 Y ahora, oh Jehovah, Dios mío, tú has constituido a tu siervo rey en lugar de mi padre David, a pesar de que yo soy muy joven y no sé cómo salir ni entrar. 8 Tu siervo está en medio de tu pueblo al cual escogiste; un pueblo tan numeroso que por su multitud no se puede contar ni se puede numerar. 9 Da, pues, a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque, ¿quién podrá gobernar a este tu pueblo tan grande?

10 Pareció bien al Señor que Salomón pidiese esto. 11 Y Dios le dijo:

-Porque has pedido esto, y no has pedido para ti muchos años, ni has pedido para ti riquezas, ni has pedido la vida de tus enemigos, sino que has pedido para ti discernimiento para administrar justicia, 12 he aquí que yo haré conforme a tus palabras. He aquí que yo te daré un corazón sabio y entendido, tal que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. 13 Y también te daré las cosas que no has pedido: riquezas y gloria tales que no haya nadie como tú entre los reyes en todos tus días. 14 Y si andas en mis caminos, guardando mis leyes y mis mandamientos, como anduvo tu padre David, yo prolongaré tus días.

15 Cuando Salomón despertó, he aquí que había sido un sueño. Entonces volvió a Jerusalén, se puso de pie delante del arca del pacto del Señor, ofreció holocaustos e hizo sacrificios de paz. También dio un banquete a todos sus servidores.

Salomón revela sabiduría como juez


16 Por aquel entonces dos prostitutas vinieron al rey y se pusieron de pie delante de él. 17 Una de ellas dijo:

-¡Ay, señor mío! Esta mujer y yo habitábamos en la misma casa. Yo di a luz mientras estaba en la casa con ella. 18 Y sucedió que tres días después de mi parto, esta mujer también dio a luz. Las dos estábamos juntas, y nadie de fuera estaba con nosotras en casa; sólo nosotras dos estábamos en casa. 19 Cierta noche murió el hijo de esta mujer, porque ella se recostó encima de él. 20 Entonces se levantó a medianoche, y estando yo, tu sierva, dormida, ella tomó a mi hijo de mi lado, y lo puso en su seno; y puso a su hijo muerto en mi seno. 21 Cuando me levanté por la mañana para dar de mamar a mi hijo, he aquí que estaba muerto. Pero lo observé bien por la mañana y he aquí que no era mi hijo, el que yo había dado a luz.

22 Entonces dijo la otra mujer:

-¡No! Sino que mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto.

Y la otra volvió a decir:

-¡No! Sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive.

Así hablaban delante del rey. 23 Entonces el rey dijo:

-Esta dice: "Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto"; y la otra dice: "¡No! Sino que tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive." 24 -Y el rey añadió-: ¡Traedme una espada!

Trajeron la espada ante el rey, 25 y enseguida dijo el rey:

-¡Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra!

26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey, porque sus entrañas se conmovieron por su hijo, y dijo:

-¡Ay, señor mío! Dad a ésta el niño vivo; no lo matéis.

Pero la otra dijo:

-No será ni para mí ni para ti. Partidlo.

27 El rey respondió diciendo:

-Dad a aquélla el hijo vivo. No lo matéis; ella es su madre.

28 Todo Israel se enteró de la sentencia que había dado el rey, y tuvieron temor al rey, porque vieron que en él había sabiduría de Dios para administrar justicia.

Oficiales del rey Salomón


4 El rey Salomón reinó sobre todo Israel. 2 Estos fueron los oficiales que tenía: Azarías hijo de Sadoc era el sacerdote. 3 Elijoref y Ajías, hijos de Sisa, eran los escribas. Josafat hijo de Ajilud era el cronista. 4 Benaías hijo de Joyada estaba al mando del ejército. Sadoc y Abiatar eran los sacerdotes. 5 Azarías hijo de Natán estaba al mando de los gobernadores. Zabud hijo de Natán era sacerdote y amigo del rey. 6 Ajisar era el administrador del palacio. Y Adoniram hijo de Abda estaba a cargo del tributo laboral.

Los doce gobernadores de Salomón


7 Salomón tenía doce gobernadores en todo Israel, los cuales abastecían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecerle durante un mes al año. 8 Estos eran sus nombres:

Ben-hur, en la región montañosa de Efraín.

9 Ben-decar, en Macaz, Saalbim, Bet-semes y Elon-bet-janán.

10 Ben-jésed, en Arubot. Este también lo era en Soco y en toda la tierra de Hefer.

11 Ben-abinadab, en toda Nafot-dor. Este tenía por mujer a Tafat hija de Salomón.

12 Baaná hijo de Ajilud, en Taanac y Meguido, y en todo Bet-seán, que está cerca de Zaretán, más abajo de Jezreel; y desde Bet-seán hasta Abel-mejola y hasta la otra parte de Jocmeam.

13 Ben-geber, en Ramot de Galaad. Este también lo era en las aldeas de Jaír hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad. Tenía también la región de Argob, que estaba en Basán; sesenta grandes ciudades con muros y cerrojos de bronce.

14 Ajinadab hijo de Ido, en Majanaim.

15 Ajimaas, en Neftalí. Este también tomó por mujer a Basemat hija de Salomón.

16 Baaná hijo de Husai, en Aser y en Alot.

17 Josafat hijo de Parúaj, en Isacar.

18 Simei hijo de Ela, en Benjamín.

19 Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, en la tierra de Sejón rey de los amorreos, y de Og rey de Basán.

Y había un solo gobernador en la tierra 20 de Judá.

Provisiones para la casa de Salomón


Israel era numeroso, como la arena que está junto al mar en multitud; y comían, bebían y se regocijaban. 21 Salomón gobernaba sobre todos los reinos, desde el Río hasta la tierra de los filisteos y hasta la frontera con Egipto. Traían tributo y servían a Salomón todos los días de su vida.

22 Las provisiones diarias de Salomón eran: 30 coros de harina refinada, 60 coros de harina corriente, 23 10 vacunos de engorde, 20 vacunos de pasto y 100 ovejas, sin contar los venados, las gacelas, los corzos y las aves engordadas. 24 Porque él dominaba en toda la región al oeste del Río, desde Tifsaj hasta Gaza, sobre todos los reyes del oeste del Río, y tuvo paz por todos los lados en derredor suyo. 25 Judá e Israel, desde Dan hasta Beerseba, vivían seguros todos los días de Salomón, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera. 26 Salomón tenía 4.000 establos para los caballos de sus carros, y 12.000 jinetes.

27 Los gobernadores proveían, cada uno durante un mes, al rey Salomón y a todos los que venían a la mesa del rey Salomón, haciendo que nada faltase. 28 También hacían llevar cebada y paja para los caballos y para los corceles al lugar donde él estaba, cada uno conforme a su cuota.

Salomón es famoso por su sabiduría


29 Dios dio a Salomón sabiduría, gran entendimiento y amplitud de corazón, como la arena que está a la orilla del mar. 30 La sabiduría de Salomón sobrepasaba la de todos los orientales y toda la sabiduría de los egipcios. 31 El fue el más sabio de todos los hombres: más que Eitán el ezrajita y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Majol. Su nombre llegó a ser conocido en todas la naciones de alrededor.

32 Salomón compuso 3.000 proverbios y 1.005 poemas. 33 También disertó acerca de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en la pared. Asimismo, disertó acerca de los cuadrúpedos, las aves, los reptiles y los peces. 34 De todos los pueblos venían para escuchar la sabiduría de Salomón, de parte de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.

Preparativos para el templo


5 1 Entonces Hiram, rey de Tiro, al oír que a Salomón lo habían ungido rey en lugar de su padre, envió sus servidores a Salomón; porque Hiram siempre había estimado a David. 2 Y Salomón envió a decir a Hiram: 3 "Tú sabes que, debido a las guerras que le rodearon, mi padre David no pudo edificar una casa al nombre de Jehovah su Dios, hasta que Jehovah puso a sus enemigos bajo las plantas de sus pies. 4 Pero ahora, Jehovah mi Dios me ha dado reposo por todas partes; no existe adversario ni calamidad. 5 Y he aquí, yo me he propuesto construir una casa al nombre de Jehovah mi Dios, como Jehovah habló a mi padre David diciendo: ’Tu hijo, al que pondré en tu trono en tu lugar, él edificará una casa a mi nombre.’ 6 Ahora pues, manda que corten cedros del Líbano para mí. Mis siervos estarán con tus siervos, y yo te daré por tus siervos el pago según todo lo que indiques, porque tú sabes que no hay nadie entre nosotros que sepa cortar los árboles como los sidonios."

7 Aconteció que cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró muchísimo y dijo: "¡Bendito sea hoy Jehovah, que ha dado un hijo sabio a David sobre ese pueblo tan numeroso!"

8 Entonces Hiram envió a decir a Salomón: "He escuchado lo que me mandaste a decir. Yo haré todo lo que desees con respecto a la madera de cedro y a la madera de ciprés. 9 Mis siervos las bajarán desde el Líbano hasta el mar, y yo las transportaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me indiques. Allí yo las desataré, y tú te las llevarás. Tú cumplirás mi deseo dando provisiones a mi casa."

10 Entonces Hiram daba a Salomón toda la madera de cedro y de ciprés que quiso. 11 Y Salomón daba a Hiram, para el sustento de su casa, 20.000 coros de trigo y 20.000 batos de aceite puro. Esto daba Salomón a Hiram año tras año. 12 Jehovah dio a Salomón sabiduría, tal como le había prometido. Había paz entre Hiram y Salomón, y ambos hicieron una alianza.

13 Entonces el rey Salomón realizó una leva en todo Israel, para tributo laboral. Los reclutados para el tributo laboral fueron 30.000 hombres. 14 El los enviaba al Líbano, 10.000 al mes, por turno, para que pasaran un mes en el Líbano y dos meses en sus casas. Adoniram estaba a cargo del tributo laboral. 15 Además, Salomón tenía 70.000 cargadores y 80.000 canteros en la región montañosa, 16 sin contar los oficiales que Salomón había establecido al frente de la obra, los cuales eran 3.300. Estos mandaban a la gente que hacía la obra.

17 El rey mandó que extrajesen piedras grandes, piedras costosas, para poner los cimientos del templo con piedras labradas. 18 Los constructores de Salomón, los de Hiram y los de Biblos, tallaron y prepararon la madera y las piedras para construir el templo.

La construcción del templo


6 Aconteció que Salomón comenzó a edificar la casa de Jehovah en el año 480 después que los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto, en el mes de Ziv, que es el mes segundo, del cuarto año del reinado de Salomón sobre Israel.

2 La casa que el rey Salomón edificó para Jehovah tenía 60 codos de largo, 20 codos de ancho y 30 codos de alto. 3 El pórtico delante del lugar santo del templo tenía 20 codos de largo, a lo ancho de la casa, y 10 codos de ancho en el frente de la casa. 4 También hizo al edificio ventanas anchas por dentro y angostas por fuera. 5 Contra el muro del edificio construyó galerías alrededor de los muros del templo, es decir, del lugar santo y del santuario interior; y les hizo cuartos laterales alrededor. 6 La galería inferior tenía 5 codos de ancho, la intermedia 6 codos de ancho y la tercera 7 codos de ancho. Porque había hecho rebajos en el lado exterior, alrededor del edificio, para que las vigas de las galerías no se empotrasen en los muros del templo.

7 Cuando edificaron el templo, usaron piedras enteras labradas en las canteras, de manera que mientras lo construían, no se oía en el templo el ruido de martillos, hachas ni otras herramientas de hierro.

8 La entrada a la galería baja estaba al lado sur del templo. Se subía a la galería intermedia y de ésta a la superior, mediante una escalera de caracol.

9 Construyó, pues, el templo y lo terminó. Luego cubrió el edificio con vigas y tablas de cedro. 10 También construyó las galerías alrededor de todo el templo, cada una de 5 codos de alto, y estaban apoyadas en el templo con vigas de cedro.

11 Entonces vino la palabra de Jehovah a Salomón, diciendo: 12 "Respecto a este templo que tú edificas, si caminas en mis estatutos, y pones por obra mis decretos, y guardas todos mis mandamientos andando de acuerdo con ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a tu padre David: 13 Habitaré en medio de los hijos de Israel, y no abandonaré a mi pueblo Israel."

14 Salomón edificó el templo y lo terminó. 15 Después revistió el lado interior de los muros del templo con tablas de cedro; los recubrió de madera por dentro, desde el suelo del templo hasta las vigas del artesonado. También cubrió el suelo del templo con tablas de ciprés.

16 Al fondo del templo hizo un compartimento de 20 codos, con tablas de cedro desde el suelo hasta las vigas. Y adentro le dispuso el santuario interior, es decir, el lugar santísimo. 17 El templo, es decir, el lugar santo que estaba delante, tenía 40 codos.

18 El templo estaba revestido por dentro con cedro, con bajorrelieves de calabazas y de flores abiertas. Todo era de cedro, y no se veía ninguna piedra. 19 También preparó por dentro el santuario interior, en medio del templo, para poner allí el arca del pacto de Jehovah. 20 El santuario interior tenía 20 codos de largo, 20 codos de ancho y 20 codos de alto; y lo recubrió de oro puro. También recubrió de cedro el altar. 21 Después Salomón recubrió de oro puro el interior del templo y puso cadenas de oro en la parte delantera del santuario interior, y lo recubrió de oro. 22 Y recubrió de oro todo el templo, hasta que todo el templo fue terminado. También recubrió de oro todo el altar que estaba delante del santuario interior.

23 Hizo también en el santuario interior dos querubines de madera de olivo, cada uno de 10 codos de alto. 24 El ala de un querubín tenía 5 codos, y la otra ala del querubín tenía 5 codos. Había 10 codos desde el extremo de un ala hasta el extremo de la otra. 25 De la misma manera, el segundo querubín tenía 10 codos. Los dos querubines tenían la misma medida y la misma forma. 26 El primer querubín tenía 10 codos de alto, e igualmente el segundo querubín. 27 Luego puso los querubines en medio del santuario interior. Las alas de los querubines se extendían de modo que el ala de uno tocaba una pared, y el ala del otro querubín tocaba la otra pared; y las otras dos alas que daban al centro del recinto se tocaban ala con ala. 28 Luego recubrió de oro los querubines.

29 En todas las paredes alrededor del templo, en el interior y en el exterior, talló bajorrelieves de querubines, palmeras y flores abiertas. 30 Y cubrió de oro el suelo del santuario, tanto el interior como el exterior.

31 Para la entrada del santuario interior hizo puertas de madera de olivo. Los postes de la puerta eran pentagonales. 32 Las dos puertas eran de madera de olivo, y talló en ellas bajorrelieves de querubines, palmeras y flores abiertas, y las recubrió de oro; también recubrió de oro los querubines y las palmeras. 33 De la misma manera hizo para la entrada del templo postes cuadrangulares de madera de olivo. 34 Las dos puertas eran de madera de ciprés. Las dos hojas de una puerta eran giratorias. Y las dos hojas de la otra puerta también eran giratorias. 35 También en ellas talló querubines, palmeras y flores abiertas, y los recubrió de oro, ajustado a los grabados.

36 Hizo el atrio interior de tres hileras de piedras labradas y una hilera de vigas de cedro.

37 En el mes de Ziv del año 4, fueron puestos los cimientos de la casa de Jehovah; 38 y en el mes de Bul, es decir, el mes octavo, del año 11, fue terminado el templo en todos sus detalles y en todas sus especificaciones. Lo edificó en siete años.

Otros edificios de Salomón


7 Después Salomón edificó su propia casa en trece años, y terminó toda su casa.

2 Edificó la Casa del Bosque del Líbano, la cual tenía 100 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto, sobre cuatro hileras de columnas de cedro con vigas de cedro sobre las columnas. 3 Estaba cubierta de cedro encima de las vigas que se apoyaban sobre 45 columnas, 15 columnas por hilera. 4 Había tres hileras de ventanas, una ventana frente a otra en grupos de tres. 5 Todas las puertas y ventanas tenían marcos cuadrados, y una ventana estaba frente a otra ventana, en grupos de tres.

6 También edificó el Pórtico de las Columnas, que tenía 50 codos de largo por 30 codos de ancho. Y frente a las columnas de este pórtico, había otro pórtico con columnas, que tenía una cubierta delante.

7 También edificó el Pórtico del Trono, o Pórtico del Juicio, donde había de juzgar, y lo recubrió con cedro desde el suelo hasta las vigas. 8 En la casa donde habitaba, había otro atrio más adentro del pórtico, del mismo tipo de construcción.

Salomón también edificó una casa parecida a este pórtico, para la hija del faraón, que había tomado por mujer.

9 Todas estas obras, desde el cimiento hasta las cornisas, y afuera hasta el gran atrio, eran de piedras costosas, bloques labrados a medida, cortados con sierra, tanto por el lado interior como por el lado exterior. 10 El cimiento era de piedras costosas y piedras grandes, piedras de 10 codos y piedras de 8 codos. 11 Arriba también había piedras costosas, bloques labrados a medida y madera de cedro. 12 Y el gran atrio tenía en derredor un muro de tres hileras de bloques labrados y una hilera de vigas de cedro, como el atrio interior de la casa de Jehovah y el pórtico de la misma.

Las columnas de bronce


13 El rey Salomón envió a traer de Tiro a Hiram, 14 hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, cuyo padre era un hombre de Tiro, un artesano en bronce. El estaba lleno de sabiduría, inteligencia y experiencia para hacer todo el trabajo en bronce. El fue al rey Salomón e hizo toda su obra.

15 Hiram modeló las dos columnas de bronce; cada columna tenía 18 codos de alto, y una circunferencia de 12 codos. 16 Hizo también dos capiteles de bronce fundido, para que fuesen puestos sobre la parte superior de las columnas. Un capitel tenía 5 codos de alto, y el otro capitel también tenía 5 codos de alto. 17 Los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas tenían redes de trenzas en forma de cadenillas; siete para un capitel y siete para el otro capitel. 18 Hizo las granadas en dos hileras alrededor de cada red, para cubrir los capiteles de la parte superior de las columnas. Lo mismo hizo para el otro capitel. 19 Los capiteles que estaban sobre las columnas en el pórtico tenían forma de lirios, y eran de 4 codos. 20 Los capiteles sobre las dos columnas tenían 200 granadas en dos hileras, encima de la parte abultada del capitel que estaba encima de la red, tanto en el primer capitel como en el segundo.

21 Entonces erigió las columnas en el pórtico del templo. Cuando erigió la columna del sur, llamó su nombre Jaquín; y cuando erigió la columna del norte, llamó su nombre Boaz. 22 Puso en la parte superior de las columnas un motivo de lirios. Así concluyó la obra de las columnas.

La fuente de bronce


23 Hizo también la fuente de bronce fundido que tenía 10 codos de borde a borde. Era circular y tenía 5 codos de alto, y una circunferencia de 30 codos. 24 Había motivos de calabazas por debajo y alrededor del borde en número de diez por cada codo, dispuestas en dos hileras de calabazas alrededor de la fuente, las cuales habían sido fundidas en una sola pieza con ella. 25 Estaba asentada sobre doce bueyes: tres miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al este. La fuente estaba asentada sobre ellos, y todas sus partes traseras daban hacia la parte interior. 26 La fuente tenía un palmo menor de espesor; su borde era como el borde de un cáliz o de una flor de lirio. Tenía una capacidad de 2.000 batos.

Las diez pilas con bases móviles


27 Hizo también diez bases de bronce. Cada base tenía 4 codos de largo, 4 codos de ancho y 3 codos de alto. 28 Este era el diseño de las bases: Tenían marcos, y los marcos estaban entre los paneles. 29 Y sobre los marcos que había entre los paneles había figuras de leones, bueyes y querubines. Y sobre los paneles, tanto encima como debajo de los leones y de los bueyes, había guirnaldas en bajorrelieve.

30 Cada base tenía cuatro ruedas de bronce con ejes de bronce. En sus cuatro patas había unos soportes debajo de la pila. Estos soportes eran de bronce fundido y tenían guirnaldas a cada lado. 31 Su abertura sobresalía del interior un codo, a manera de capitel. Su abertura era redonda, hecha como una base de un codo y medio de diámetro. También alrededor de su abertura había bajorrelieves. Sus marcos eran cuadrados, no redondos. 32 Las cuatro ruedas estaban debajo de los marcos. Los ejes de las ruedas salían de la base. Cada rueda tenía un codo y medio de alto. 33 El diseño de las ruedas era como el de las ruedas de un carro. Sus ejes, sus aros, sus rayos y sus cubos eran todos de metal fundido.

34 También los cuatro soportes de las cuatro esquinas de cada base salían de la misma base. 35 En la parte superior de la base había un soporte circular de medio codo de alto, y sobre la base había soportes y marcos que salían de la misma. 36 Sobre las planchas de sus soportes y de sus marcos grabó querubines, leones y palmeras, según el espacio de cada uno, con guirnaldas en derredor. 37 De esta manera hizo las diez bases del mismo metal fundido, de la misma medida y de la misma forma.

38 Hizo también diez pilas de bronce. Cada una tenía una capacidad de 40 batos. Cada pila tenía 4 codos de circunferencia. Colocó una pila sobre cada una de las diez bases. 39 Después puso cinco bases al lado sur del templo y las otras cinco al lado norte del templo. Y puso la fuente al lado sur del templo, hacia el sureste.

Objetos de bronce para el templo


40 Hiram también hizo las ollas, las palas y los tazones. Así terminó Hiram de hacer toda la obra que hizo para el rey Salomón, en la casa de Jehovah: 41 las dos columnas, los tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las dos columnas; y las dos redes que cubrían los dos tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas; 42 las 400 granadas para las dos redes (dos hileras de granadas para cada red) para cubrir los dos tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas; 43 las diez bases y las diez pilas sobre las bases; 44 la fuente con los doce bueyes debajo de la fuente; 45 las ollas, las palas y los tazones. Todos estos utensilios que Hiram hizo para el rey Salomón, en la casa de Jehovah, eran de bronce bruñido. 46 El rey los hizo fundir en la llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán. 47 Salomón dejó de pesar todos estos utensilios por su gran cantidad; no se averiguó el peso del bronce.

Objetos de oro para el santuario


48 Salomón también hizo todos los utensilios de la casa de Jehovah: el altar de oro, la mesa de oro sobre la cual estaba el pan de la Presencia, 49 cinco candelabros de oro puro que estaban al sur, y otros cinco al norte, delante del santuario interior, con las flores, las lámparas y las tenazas de oro. 50 Asimismo, hizo de oro puro las copas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas y los incensarios. También eran de oro los goznes de las puertas de la sala interior, el lugar santísimo, y los de las puertas de la sala del templo.

51 Así se terminó toda la obra que el rey Salomón hizo para la casa de Jehovah. Entonces Salomón introdujo las cosas que su padre David había consagrado, y puso la plata, el oro y los utensilios en los tesoros de la casa de Jehovah.

Salomón traslada el arca al templo


8 Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel ante el rey Salomón, para hacer subir el arca del pacto de Jehovah desde la Ciudad de David, que es Sion. 2 Y se congregaron ante el rey Salomón todos los hombres de Israel en la fiesta en el mes de Etanim, que es el mes séptimo.

3 Fueron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca. 4 Luego subieron el arca de Jehovah, el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron. 5 El rey Salomón y con él toda la congregación de Israel, que se había reunido junto a él, estaban delante del arca, sacrificando tantas ovejas y vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni numerar.

6 Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del pacto de Jehovah en su lugar, en el santuario interior del templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines. 7 Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de modo que los querubines cubrían el arca y sus varas por encima. 8 Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior; pero no se podían ver desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de hoy. 9 Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas de piedra que Moisés había colocado allí en Horeb, donde Jehovah hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.

10 Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehovah. 11 Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria de Jehovah había llenado la casa de Jehovah.

Salomón dedica el templo


12 Entonces Salomón dijo: "Jehovah ha dicho que él habita en la densa oscuridad. 13 Ciertamente te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para siempre."

14 El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie. 15 Entonces dijo: "¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo: 16 ’Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviese mi nombre. Pero elegí a David para que estuviese al frente de mi pueblo Israel.’

17 "Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al nombre de Jehovah Dios de Israel. 18 Pero Jehovah dijo a mi padre David: ’Por cuanto ha estado en tu corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en tener esto en tu corazón. 19 Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre.’

20 "Jehovah ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como Jehovah había prometido, y he edificado la casa al nombre de Jehovah Dios de Israel. 21 Y he dispuesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehovah que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto."

Salomón ora al dedicar el templo


22 Entonces Salomón se puso de pie delante del altar de Jehovah, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo. 23 Y dijo: "¡Oh Jehovah Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón. 24 Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día. 25 Ahora pues, oh Jehovah Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste diciendo: ’No te faltará delante de mí un hombre que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí.’ 26 Ahora pues, oh Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David, mi padre.

27 "Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado! 28 Sin embargo, oh Jehovah, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti. 29 Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: ’Allí estará mi nombre’, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar. 30 Escucha la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oren hacia este lugar. Escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha tú y perdona.

31 "Si alguna persona peca contra su prójimo, y éste le toma juramento al hacerle jurar, y él entra bajo juramento ante tu altar en este templo, 32 entonces escucha tú en los cielos y actúa. Juzga a tus siervos condenando al injusto, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y justificando al justo, dándole conforme a su justicia.

33 "Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelvan a ti y confiesen tu nombre, y oren y te supliquen en este templo, 34 entonces escucha tú en los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazles volver a la tierra que diste a sus padres.

35 "Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia, por haber ellos pecado contra ti; si oran hacia este lugar, confiesan tu nombre y se vuelven de su pecado cuando los aflijas, 36 entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por heredad.

37 "Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón, añublo, langosta o pulgón, o cuando su enemigo lo asedie en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la enfermedad), 38 cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo la plaga de su corazón y extendiendo sus manos hacia este templo), 39 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada, perdona y actúa. Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de todo hombre); 40 a fin de que te teman todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra que tú has dado a nuestros padres.

41 "Asimismo, cuando el extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu nombre 42 (porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo extendido), y venga a orar a este templo, 43 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado por tu nombre.

44 "Si tu pueblo sale a la batalla contra su enemigo por el camino que los envíes, y ellos oran a Jehovah en dirección a la ciudad que tú has elegido y a la casa que he edificado a tu nombre, 45 entonces escucha en los cielos su oración y su plegaria, y ampara su causa.

46 "Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos y los entregas ante el enemigo, y éstos los llevan como cautivos suyos a la tierra del enemigo, lejana o cercana; 47 si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan sido llevados cautivos, y se vuelven y te suplican en la tierra de los que los llevaron cautivos, diciendo: ’Hemos pecado; hemos hecho iniquidad; hemos actuado impíamente’; 48 si en la tierra de sus enemigos, a donde los hayan llevado cautivos, ellos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti en dirección a la tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo que he edificado a tu nombre, 49 entonces escucha en los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria, y ampara su causa. 50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, y todas las transgresiones que han cometido contra ti, y hazles objeto de misericordia ante los que los han llevado cautivos, para que tengan misericordia de ellos. 51 Porque ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.

52 "Estén abiertos tus ojos a la plegaria de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para escucharles en todo aquello que te invoquen. 53 Porque tú, oh Señor Jehovah, los has separado para ti como tu heredad de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto."

54 Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer toda esta oración y plegaria a Jehovah, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehovah, con sus manos extendidas al cielo. 55 Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la congregación de Israel, diciendo: 56 "¡Bendito sea Jehovah, que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus buenas promesas que expresó por medio de su siervo Moisés. 57 Jehovah nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; no nos desampare ni nos deje. 58 Incline él nuestro corazón hacia sí, para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos, sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros padres. 59 Que estas palabras mías, con que he suplicado delante de Jehovah, estén cerca de Jehovah nuestro Dios, de día y de noche, para que él ampare la causa de su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día; 60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehovah es Dios y que no hay otro. 61 Sea, pues, íntegro vuestro corazón para con Jehovah nuestro Dios, a fin de andar en sus leyes y guardar sus mandamientos, como en este día."

Fiesta por la dedicación del templo


62 Entonces el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante de Jehovah. 63 Salomón ofreció a Jehovah, como sacrificios de paz, 22.000 toros y 120.000 ovejas. Así el rey y todos los hijos de Israel dedicaron la casa de Jehovah.

64 Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehovah, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que estaba delante de Jehovah era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz.

65 En aquella ocasión Salomón y todo Israel con él, una gran congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto, hicieron fiesta delante de Jehovah nuestro Dios durante siete días, y otros siete días más, es decir, durante catorce días. 66 Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se fueron a sus moradas, alegres y con el corazón gozoso por toda la bondad que Jehovah había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.

Pacto de Dios con Salomón


9 Sucedió que cuando Salomón había acabado de construir la casa de Jehovah, la casa del rey y todo lo que había deseado hacer, 2 Jehovah se apareció a Salomón por segunda vez, como se le había aparecido en Gabaón. 3 Y Jehovah le dijo: "He escuchado tu oración y tu plegaria que has hecho en mi presencia. He santificado esta casa que has edificado para que yo ponga allí mi nombre para siempre. Mis ojos y mi corazón estarán allí todos los días. 4 Y en cuanto a ti, si andas delante de mí como anduvo tu padre David, con integridad de corazón y con rectitud, haciendo todas las cosas que te he mandado y guardando mis leyes y mis decretos, 5 entonces estableceré para siempre el trono de tu reino sobre Israel, como prometí a tu padre David, diciendo: ’No te faltará un hombre sobre el trono de Israel.’ 6 Pero si obstinadamente vosotros y vuestros hijos os apartáis de mí y no guardáis mis mandamientos y mis estatutos que he puesto delante de vosotros, y os vais y servís a otros dioses y los adoráis, 7 entonces eliminaré a Israel del suelo que les he dado. Y la casa que he santificado a mi nombre, la apartaré de mi presencia. Entonces Israel servirá de refrán y escarnio entre todos los pueblos. 8 En cuanto a esta casa, que es sublime, todo el que pase por ella se asombrará y silbará. Ellos preguntarán: ’¿Por qué ha hecho así Jehovah a esta tierra y a esta casa?’ 9 Y responderán: ’Porque abandonaron a Jehovah su Dios que sacó a sus padres de la tierra de Egipto, y se aferraron a adorar y servir a otros dioses. Por eso Jehovah ha traído sobre ellos todo este mal.’ "

Salomón remunera a Hiram


10 Aconteció al cabo de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado las dos casas (la casa de Jehovah y la casa del rey, 11 para las cuales Hiram, rey de Tiro, había proporcionado a Salomón madera de cedro y de ciprés y oro, conforme a todo su deseo), que el rey Salomón dio a Hiram veinte ciudades en la tierra de Galilea. 12 Pero cuando Hiram salió de Tiro para ver las ciudades que Salomón le había dado, no le agradaron. 13 Y comentó: "¿Qué ciudades son éstas que me has dado, hermano mío?" Y se las llama Tierra de Cabul, hasta el día de hoy. 14 Hiram había enviado al rey 120 talentos de oro.

Otras obras de Salomón


15 Esta es la razón de la leva que el rey Salomón realizó: edificar la casa de Jehovah, su propia casa, el Milo, la muralla de Jerusalén, Hazor, Meguido y Gezer. 16 (El faraón, rey de Egipto, había subido y tomado Gezer, y la había incendiado; había dado muerte a los cananeos que habitaban en la ciudad y la había dado como dote matrimonial a su hija, la mujer de Salomón. 17 Y Salomón reedificó Gezer.) También reedificó Bet-jorón Baja, 18 Baalat, Tadmor en el desierto del país; 19 y todas las ciudades almacenes que tenía Salomón, las ciudades para los carros y las ciudades para los jinetes; todo lo que Salomón se propuso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra bajo su dominio.

20 A todo el pueblo que había quedado de los amorreos, heteos, ferezeos, heveos y jebuseos (que no eran de los hijos de Israel, 21 sino sus descendientes que habían quedado después de ellos en la tierra, a quienes los hijos de Israel no pudieron exterminar), Salomón los sometió a tributo laboral, hasta el día de hoy. 22 Pero a ninguno de los hijos de Israel sometió a servidumbre; porque ellos eran hombres de guerra, sus servidores, sus oficiales, sus comandantes, los jefes de sus carros y sus jinetes. 23 Estos jefes de los oficiales que Salomón tenía sobre la obra eran 550, los cuales mandaban sobre la gente que hacía la obra.

24 También la hija del faraón subió de la Ciudad de David a su casa que Salomón le había edificado. Luego él edificó el Milo.

25 Tres veces al año Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de paz sobre el altar que había edificado a Jehovah, y quemaba incienso delante de Jehovah, cuando había terminado el templo.

26 El rey Salomón también construyó una flota en Ezión-geber, que está junto a Eilat, a orillas del mar Rojo, en la tierra de Edom. 27 Hiram envió en la flota a sus siervos, marineros y conocedores del mar, junto con los siervos de Salomón. 28 Estos fueron a Ofir y tomaron de allí 420 talentos de oro, y los llevaron al rey Salomón.

La reina de Saba visita a Salomón


10 La reina de Saba oyó de la fama de Salomón, debido al nombre de Jehovah, y vino para probarle con preguntas difíciles. 2 Vino a Jerusalén con un gran séquito, con camellos cargados de especias aromáticas, oro en gran abundancia y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón. 3 Y Salomón respondió a todas sus preguntas; ninguna cosa hubo tan difícil que el rey no le pudiese responder.

4 La reina de Saba vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que había edificado, 5 los manjares de su mesa, las sillas de sus servidores, la presentación y las vestiduras de sus siervos, sus coperos, y los holocaustos que él ofrecía en la casa de Jehovah; y se quedó sin aliento. 6 Entonces dijo al rey: "¡Era verdad lo que había oído en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría! 7 Yo no creía las palabras hasta que vine, y mis ojos lo han visto. Y he aquí que no se me había contado ni la mitad. En sabiduría y en bienes tú superas la fama que yo había oído. 8 ¡Dichosos tus hombres, dichosos estos servidores tuyos que continuamente están de pie delante de ti y escuchan tu sabiduría! 9 ¡Bendito sea Jehovah tu Dios, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel! Por causa del eterno amor que Jehovah tiene por Israel, te ha constituido rey, a fin de que practiques el derecho y la justicia."

10 Entonces ella dio al rey 120 talentos de oro, una gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca llegó una cantidad tan grande de especias aromáticas como la que la reina de Saba dio al rey Salomón.

11 También la flota de Hiram, que traía oro de Ofir, trajo de Ofir gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas. 12 Y el rey hizo con la madera de sándalo pilares para la casa de Jehovah y para la casa del rey, además de arpas y liras para los músicos. Nunca llegó semejante madera de sándalo, ni se ha visto hasta el día de hoy.

13 El rey Salomón dio a la reina de Saba todo lo que ella quiso pedirle, además de lo que le dio conforme a la generosidad real de Salomón. Entonces ella se volvió y regresó a su tierra, con sus servidores.

Esplendor y sabiduría de Salomón


14 El peso del oro que le llegaba a Salomón cada año era de 666 talentos de oro, 15 aparte del de los mercaderes, de los negocios de los comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores del país.

16 El rey Salomón hizo 200 escudos grandes de oro trabajado. En cada escudo empleó 600 siclos de oro. 17 También hizo otros 300 escudos pequeños de oro trabajado. En cada escudo empleó 3 minas de oro. Y el rey los puso en la Casa del Bosque del Líbano.

18 El rey también hizo un gran trono de marfil y lo recubrió de oro refinado. 19 El trono tenía seis gradas, y la parte alta del respaldo era redonda. A ambos lados del asiento tenía soportes para los brazos, y junto a los brazos había dos leones de pie. 20 Había también doce leones de pie, uno a cada lado de las seis gradas. Jamás se hizo algo semejante para ningún reino.

21 Todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y toda la vajilla de la Casa del Bosque del Líbano era de oro fino. Nada era de plata, pues en los días de Salomón ésta no era estimada para nada. 22 Porque el rey tenía en el mar la flota de Tarsis con la flota de Hiram; y una vez cada tres años venía la flota de Tarsis trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.

23 El rey Salomón superaba a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. 24 Y toda la tierra procuraba estar en la presencia de Salomón para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón. 25 Año tras año cada uno de ellos le llevaba su presente: objetos de plata, objetos de oro, vestiduras, armas, perfumes, caballos y mulos.

26 Salomón también acumuló carros y jinetes. Tenía 1.400 carros y 12.000 jinetes, que puso en las ciudades de los carros, y en Jerusalén junto al rey.

27 El rey hizo que la plata fuera tan común en Jerusalén como las piedras, y que el cedro fuera tan abundante como los sicómoros que hay en la Sefela.

28 Los caballos de Salomón provenían de Egipto y de Coa. Los mercaderes del rey los adquirían en Coa al contado. 29 Cada carro que era importado de Egipto costaba 600 siclos de plata; y cada caballo, 150 siclos. Y así los exportaban por medio de ellos, a todos los reyes de los heteos y a los reyes de Siria.

Salomón se desvía de Jehovah


11 Pero el rey Salomón amó, además de la hija del faraón, a muchas otras mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas; 2 de los pueblos de los que Jehovah había dicho a los hijos de Israel: "No os unáis a ellos ni ellos se unan a vosotros, no sea que hagan desviar vuestros corazones tras sus dioses." A éstos Salomón se apegó con amor. 3 Tuvo 700 mujeres reinas y 300 concubinas. Y sus mujeres hicieron que se desviara su corazón.

4 Y sucedió que cuando Salomón era ya anciano, sus mujeres hicieron que su corazón se desviara tras otros dioses. Su corazón no fue íntegro para con Jehovah su Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió a Astarte, diosa de los sidonios, y a Moloc, ídolo detestable de los amonitas. 6 Salomón hizo lo malo ante los ojos de Jehovah y no siguió plenamente a Jehovah como su padre David. 7 Entonces Salomón edificó un lugar alto a Quemós, ídolo detestable de Moab, en el monte que está frente a Jerusalén, y a Moloc, ídolo detestable de los hijos de Amón. 8 Y así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.

9 Jehovah se indignó contra Salomón, porque su corazón se había desviado de Jehovah Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces 10 y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a otros dioses. Pero él no guardó lo que Jehovah le había mandado. 11 Entonces Jehovah dijo a Salomón: "Por cuanto ha habido esto en ti y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, ciertamente arrancaré de ti el reino y lo entregaré a un servidor tuyo. 12 Pero por amor a tu padre David, no lo haré en tus días; lo arrancaré de la mano de tu hijo. 13 Sin embargo, no arrancaré todo el reino, sino que daré a tu hijo una tribu, por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, que yo he elegido."

Hadad y Rezón, adversarios de Salomón


14 Entonces Jehovah levantó un adversario a Salomón: Hadad el edomita, de la descendencia real en Edom. 15 Sucedió que cuando David estuvo en Edom, Joab, jefe del ejército, subió a enterrar a los muertos y mató a todos los varones de Edom. 16 (Porque Joab había permanecido allí seis meses, con todo Israel, hasta que exterminaron a todos los varones de Edom.) 17 Pero Hadad huyó con algunos hombres edomitas de los servidores de su padre, y se fue a Egipto. Entonces Hadad era un muchacho pequeño. 18 Partieron de Madián, fueron a Parán, tomaron consigo a algunos hombres de Parán y se fueron a Egipto, al faraón rey de Egipto, quien le dio casa, le prometió alimentos y le dio tierras. 19 Hadad halló gran favor ante los ojos del faraón, quien le dio por mujer a la hermana de su esposa, la hermana de la reina Tajpenes. 20 La hermana de Tajpenes le dio a luz a su hijo Genubat, al cual destetó Tajpenes en la casa del faraón. Genubat estaba en la casa del faraón, entre los hijos del faraón.

21 Hadad oyó en Egipto que David había reposado con sus padres y que Joab, el jefe del ejército, había muerto. Entonces Hadad dijo al faraón:

-Déjame ir, para que regrese a mi tierra.

22 El faraón le preguntó:

-Pero, ¿qué te falta conmigo, para que procures irte a tu tierra?

El respondió:

-Nada, pero de todas maneras déjame ir.

23 Dios también le levantó como adversario a Rezón hijo de Eliada, quien había huido de su señor Hadad-ezer, rey de Soba. 24 Cuando David mató a los de Soba, aquél reunió gente alrededor de sí y se hizo jefe de una banda armada. Después se fueron a Damasco y habitaron allí, y reinaron en Damasco. 25 Fue adversario de Israel todos los días de Salomón, además del mal que hacía Hadad; fue hostil a Israel y reinó sobre Siria.

Jeroboam se rebela contra Salomón


26 También Jeroboam hijo de Nabat, servidor de Salomón, efrateo de Zereda, se rebeló contra el rey. Su madre era una mujer viuda llamada Zerúa. 27 Estas son las circunstancias en las que se rebeló contra el rey: Salomón estaba edificando el Milo y cerró la brecha de la muralla de la Ciudad de David, su padre. 28 Este Jeroboam era hombre valeroso. Salomón vio que el joven era eficiente y le puso a cargo de todo el trabajo forzado de la casa de José.

29 Aconteció en aquel tiempo que Jeroboam salió de Jerusalén, y el profeta Ajías de Silo lo encontró en el camino. Este estaba cubierto con un manto nuevo, y los dos estaban solos en el campo. 30 Entonces Ajías tomó el manto nuevo que llevaba sobre sí, lo rasgó en doce pedazos, 31 y dijo a Jeroboam: "Toma para ti diez pedazos, porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel: ’He aquí, yo arranco el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus. 32 Pero él tendrá una tribu por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén, la ciudad que yo he elegido de entre todas las tribus de Israel. 33 Porque me han dejado y han adorado a Astarte, diosa de los sidonios; a Quemós, dios de Moab; y a Moloc, dios de los hijos de Amón. No han andado en mis caminos para hacer lo recto ante mis ojos y guardar mis estatutos y mis decretos, como su padre David.

34 " ’Pero no quitaré de su mano todo el reino, porque lo he puesto como gobernante todos los días de su vida, por amor a mi siervo David, al cual yo elegí, y el cual guardó mis mandamientos y mis estatutos. 35 Pero quitaré el reino de mano de su hijo y a ti te daré las diez tribus. 36 Sin embargo, a su hijo le daré una tribu, para que mi siervo David tenga en él una lámpara delante de mí continuamente en Jerusalén, la ciudad que yo me he elegido para poner allí mi nombre.

37 " ’Yo, pues, te tomaré a ti, y reinarás en todo lo que desee tu alma, y serás rey de Israel. 38 Y sucederá que si obedeces todo lo que te mande, y andas en mis caminos y haces lo recto ante mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos como hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa estable como se la edifiqué a David, y te entregaré Israel. 39 Afligiré a la descendencia de David por causa de esto, pero no para siempre.’ "

40 Salomón procuró matar a Jeroboam; pero Jeroboam se levantó, huyó a Egipto, a Sisac rey de Egipto, y estuvo allí hasta la muerte de Salomón.

Muerte de Salomón


41 Los demás hechos de Salomón, todas las cosas que hizo y su sabiduría, ¿no están escritos en el libro de los hechos de Salomón? 42 El tiempo que reinó Salomón en Jerusalén sobre todo Israel fue de 40 años. 43 Salomón reposó con sus padres, y fue sepultado en la Ciudad de David, su padre. Y su hijo Roboam reinó en su lugar.

La división del reino


12 Entonces Roboam fue a Siquem, porque todo Israel había ido a Siquem para proclamarle rey. 2 Y sucedió que cuando lo oyó Jeroboam hijo de Nabat (que aún estaba en Egipto, a donde había huido a causa del rey Salomón), Jeroboam volvió de Egipto. 3 Entonces mandaron a llamarle, y Jeroboam vino con toda la congregación de Israel, y hablaron a Roboam diciendo:

4 -Tu padre agravó nuestro yugo; pero ahora, alivia tú el duro trabajo y el pesado yugo que tu padre puso sobre nosotros, y te serviremos.

5 El les dijo:

-Idos, y volved a mí dentro de tres días.

El pueblo se fue. 6 Entonces el rey Roboam consultó a los ancianos que habían servido a su padre Salomón, cuando aún vivía, y preguntó:

-¿Cómo aconsejáis vosotros que yo responda a este pueblo?

7 Y ellos le respondieron diciendo:

-Si te constituyes hoy en servidor de este pueblo y les sirves, y al responderles les hablas buenas palabras, ellos serán tus siervos para siempre.

8 Pero él dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos, y consultó a los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio. 9 Les preguntó:

-¿Qué aconsejáis vosotros que respondamos a este pueblo que me ha hablado diciendo: "Alivia el yugo que tu padre puso sobre nosotros"?

10 Entonces los jóvenes que se habían criado con él le respondieron diciendo:

-Así contestarás a este pueblo que ha hablado contigo diciendo: "Tu padre hizo pesado nuestro yugo; pero tú, hazlo más liviano sobre nosotros"; así les hablarás: "Mi dedo meñique es más grueso que los lomos de mi padre. 11 Ahora bien, mi padre cargó sobre vosotros un pesado yugo; pero yo añadiré a vuestro yugo. Mi padre os castigó con látigos, pero yo os castigaré con escorpiones."

12 Al tercer día vino Jeroboam con todo el pueblo a Roboam, como el rey había hablado diciendo: "Volved a mí al tercer día." 13 Entonces el rey respondió al pueblo con dureza, y dejó de lado el consejo que le habían dado los ancianos. 14 Les habló siguiendo el consejo de los jóvenes, diciendo:

-Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo añadiré a vuestro yugo. Mi padre os castigó con látigos, pero yo os castigaré con escorpiones.

15 El rey no hizo caso del pueblo, porque esto estaba dispuesto de parte de Jehovah, para que se cumpliera la palabra que había hablado a Jeroboam hijo de Nabat por medio de Ajías de Silo. 16 Y viendo todo Israel que el rey no les había hecho caso, el pueblo respondió al rey diciendo:

-¿Qué parte tenemos nosotros con David? ¡No tenemos herencia en el hijo de Isaí! ¡Israel, a tus moradas! ¡Mira ahora por tu propia casa, oh David!

Entonces Israel se fue a sus moradas, 17 pero Roboam reinó sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Judá. 18 Después el rey Roboam envió a Adoniram, que estaba a cargo del tributo laboral; pero todo Israel le apedreó, y murió. Entonces el rey Roboam se apresuró a subir en un carro para huir a Jerusalén. 19 Así se rebeló Israel contra la casa de David, hasta el día de hoy.

20 Aconteció que al oír todo Israel que Jeroboam había vuelto, le mandaron a llamar a la asamblea y le hicieron rey de todo Israel. No quedó quien siguiese a la casa de David,sino sólo la tribu de Judá.

Roboam desiste de atacar a Israel


21 Entonces Roboam llegó a Jerusalén y reunió a todos los de la casa de Judá y a la tribu de Benjamín, 180.000 guerreros escogidos, a fin de combatir contra la casa de Israel y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón. 22 Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, diciendo: 23 "Habla a Roboam hijo de Salomón, rey de Judá, y a toda la casa de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo, diciendo que 24 así ha dicho Jehovah: ’No subáis ni combatáis contra vuestros hermanos, los hijos de Israel. Volveos, cada uno a su casa, porque de parte mía ha sucedido esto.’ "

Ellos escucharon la palabra de Jehovah y desistieron de ir, conforme a la palabra de Jehovah.

Jeroboam aleja a Israel de Jehovah


25 Jeroboam reedificó Siquem, en la región montañosa de Efraín, y habitó en ella. De allí fue y reedificó Penuel. 26 Y Jeroboam pensó en su corazón: "Ahora el reino volverá a la casa de David, 27 si este pueblo sube para ofrecer sacrificios en la casa de Jehovah en Jerusalén. El corazón de este pueblo se volverá a su señor Roboam, rey de Judá, y me matarán y volverán a Roboam, rey de Judá." 28 Y habiendo tomado consejo, el rey hizo dos becerros de oro y dijo al pueblo: "¡Bastante habéis subido a Jerusalén! ¡He aquí tus dioses, oh Israel, que te hicieron subir de la tierra de Egipto!"

29 Puso el uno en Betel y el otro lo puso en Dan. 30 Y esto fue ocasión de pecado, porque el pueblo iba para adorar delante de uno de ellos, hasta Dan. 31 También hizo santuarios en los lugares altos e instituyó sacerdotes de entre la gente común, que no eran hijos de Leví. 32 Jeroboam instituyó una fiesta el día 15 del mes octavo, semejante a la fiesta que había en Judá, y subió al altar que hizo en Betel, para ofrecer sacrificios a los becerros que había hecho. En Betel estableció también sacerdotes para los lugares altos que había edificado. 33 Subió al altar que había hecho en Betel, el día 15 del mes octavo, fecha que inventó en su corazón. Hizo la fiesta para los hijos de Israel y subió al altar para quemar incienso.

Jeroboam y el profeta de Judá


13 He aquí que un hombre de Dios llegó de Judá a Betel, por mandato de Jehovah, cuando Jeroboam estaba de pie junto al altar para quemar incienso. 2 Y clamó contra el altar, por mandato de Jehovah, diciendo:

-Altar, altar, así ha dicho Jehovah: "He aquí, a la casa de David le nacerá un hijo que se llamará Josías, quien matará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman incienso sobre ti; y sobre ti quemarán huesos de hombres."

3 Aquel mismo día dio una señal diciendo:

-Esta es la señal de que Jehovah ha hablado: He aquí que el altar se partirá, y la ceniza que está sobre él se desparramará.

4 Sucedió que cuando el rey Jeroboam oyó la palabra que el hombre de Dios había clamado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, diciendo:

-¡Prendedle!

Pero se le secó la mano que había extendido contra él, de manera que no pudo volverla hacia sí. 5 Entonces el altar se partió, y la ceniza se desparramó del altar, conforme a la señal que el hombre de Dios había dado por mandato de Jehovah. 6 Entonces el rey respondió y dijo al hombre de Dios:

-Implora, por favor, a Jehovah tu Dios y ora por mí, para que mi mano me sea restaurada.

El hombre de Dios imploró el favor de Jehovah, y la mano del rey le fue restaurada, y volvió a ser como antes. 7 Entonces el rey dijo al hombre de Dios:

-Ven conmigo a casa y come, y yo te daré un presente.

8 Pero el hombre de Dios respondió al rey:

-Aunque me dieses la mitad de tu casa, no iría contigo, ni comería pan, ni bebería agua en este lugar; 9 porque me ha sido ordenado por mandato de Jehovah, diciendo: "No comas pan, ni bebas agua, ni vuelvas por el camino que vayas."

10 Se fue, pues, por otro camino y no volvió por el camino por donde había venido a Betel.

Extraño final del profeta de Judá


11 Vivía en Betel un profeta anciano, a quien fueron sus hijos y le contaron todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Betel. También contaron a su padre las palabras que había hablado al rey. 12 Y su padre les preguntó:

-¿Por qué camino se fue?

Y sus hijos le mostraron el camino por donde se había ido el hombre de Dios que había venido de Judá. 13 El dijo a sus hijos:

-Aparejadme el asno.

Ellos le aparejaron el asno. Entonces montó sobre él, 14 fue tras aquel hombre de Dios y le halló sentado debajo de la encina. Le preguntó:

-¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?

Le respondió:

-Sí, yo soy.

15 Entonces le dijo:

-Ven conmigo a casa y come pan.

16 Pero él respondió:

-No podré volver contigo ni entrar contigo. Tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar, 17 porque me fue dicho por mandato de Jehovah: "No comas pan, ni bebas agua de allí, ni vuelvas por el camino que vayas."

18 Y le dijo:

-Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por mandato de Jehovah, diciendo: "Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua."

Pero le mintió. 19 Entonces se volvió con él, y comió pan en su casa y bebió agua. 20 Y aconteció que estando ellos sentados a la mesa, vino la palabra de Jehovah al profeta que le había hecho volver, 21 y clamó al hombre de Dios que había venido de Judá, diciendo:

-Así ha dicho Jehovah: "Porque has sido desobediente al dicho de Jehovah y no guardaste el mandamiento que Jehovah tu Dios te había mandado, 22 sino que volviste y comiste pan y bebiste agua en este lugar del cual él te había dicho que no comieras pan ni bebieras agua, tu cuerpo no entrará en el sepulcro de tus padres."

23 Sucedió que cuando había comido pan y bebido agua, el profeta que le había hecho volver le aparejó el asno. 24 Cuando se fue, un león lo encontró en el camino y lo mató. Su cadáver quedó tendido en el camino. El asno estaba de pie junto a él, y también el león estaba de pie junto al cadáver. 25 Y he aquí que pasaron unos hombres y vieron el cadáver que estaba tendido en el camino y el león que estaba de pie junto al cadáver, y fueron y lo dijeron en la ciudad donde habitaba el profeta anciano. 26 Cuando se enteró el profeta que le había hecho volver del camino, dijo:

-El es el hombre de Dios que fue desobediente al mandato de Jehovah. Por eso Jehovah le ha entregado al león, que le ha destrozado y matado conforme a la palabra que Jehovah le había dicho.

27 Entonces habló a sus hijos diciendo:

-Aparejadme el asno.

Ellos se lo aparejaron. 28 Y fue y halló el cadáver tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al cadáver. El león no había devorado el cadáver ni había destrozado al asno. 29 El profeta levantó el cuerpo del hombre de Dios, lo colocó sobre el asno y se lo llevó. El profeta anciano fue a la ciudad para hacer duelo por él y sepultarlo. 30 Puso su cuerpo en su propio sepulcro, e hicieron duelo por él diciendo:

-¡Ay, hermano mío!

31 Sucedió que después de haberlo sepultado, habló a sus hijos diciendo:

-Cuando yo muera, sepultadme en el sepulcro en que está sepultado el hombre de Dios. Poned mis restos junto a los suyos, 32 porque sin duda sucederá lo que él proclamó por mandato de Jehovah contra el altar que está en Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que hay en las ciudades de Samaria.

Ajías profetiza contra Jeroboam


33 Después de este suceso, Jeroboam no se volvió de su mal camino. Más bien, volvió a designar sacerdotes de entre la gente común para los lugares altos. Investía a quien deseaba, y él llegaba a ser sacerdote de los lugares altos. 34 Y esto vino a ser el pecado de la casa de Jeroboam, por lo cual fue cortada y destruida de sobre la faz de la tierra.

14 En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo, 2 y Jeroboam dijo a su mujer:

-Por favor, levántate, disfrázate para que no reconozcan que eres la mujer de Jeroboam, y vé a Silo. He aquí que allá está el profeta Ajías, quien me dijo que yo iba a ser rey sobre este pueblo. 3 Toma contigo diez panes, galletas y un frasco de miel, y vé a él; él te dirá lo que ha de suceder al niño.

4 La mujer de Jeroboam lo hizo así. Se levantó, fue a Silo y llegó a la casa de Ajías. Ajías ya no podía ver, pues su vista se le había oscurecido a causa de su vejez. 5 Pero Jehovah había dicho a Ajías:

-He aquí que la mujer de Jeroboam viene a consultarte acerca de su hijo que está enfermo. Así y así le has de responder, pues cuando ella venga, fingirá ser una desconocida.

6 Y sucedió que cuando Ajías oyó el ruido de sus pasos, al entrar ella por la puerta, dijo:

-Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué finjes ser una desconocida? Yo he sido enviado con malas noticias para ti. 7 Vé y di a Jeroboam que así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "Pues bien, yo te levanté de en medio del pueblo y te hice el soberano de mi pueblo Israel; 8 arranqué el reino de la casa de David y te lo entregué a ti. Pero tú no has sido como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y caminó en pos de mí con todo su corazón, haciendo sólo lo recto ante mis ojos. 9 Al contrario, has hecho lo malo, más que todos los que te han precedido, porque fuiste, y para provocarme a ira te hiciste otros dioses e imágenes de fundición; y a mí me diste la espalda. 10 Por tanto, he aquí que yo traeré el mal sobre la casa de Jeroboam; eliminaré en Israel a todo varón de Jeroboam, tanto al esclavo como al libre. Barreré por completo la casa de Jeroboam, como se barre el estiércol, hasta que no quede nada. 11 Al que de Jeroboam muera en la ciudad, se lo comerán los perros; y al que muera en el campo, se lo comerán las aves del cielo; porque Jehovah lo ha dicho."

12 »En cuanto a ti, levántate y vete a tu casa. Cuando tus pies entren en la ciudad, el niño morirá. 13 Todo Israel hará duelo por él y le sepultará; pues éste es el único de los de Jeroboam que será sepultado, porque de la casa de Jeroboam sólo en él se ha hallado algo bueno delante de Jehovah Dios de Israel. 14 Pero Jehovah levantará para sí un rey en Israel, el cual eliminará la casa de Jeroboam en este día y ahora mismo. 15 Y Jehovah golpeará a Israel, como cuando la caña se agita en las aguas. Arrancará a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres, y los esparcirá hacia el otro lado del Río, porque han hecho sus árboles rituales de Asera y han provocado a ira a Jehovah. 16 Entregará a Israel a causa de los pecados de Jeroboam, quien pecó e hizo pecar a Israel.

17 Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, se fue y llegó a Tirsa. Cuando ella entró por el umbral de la casa, el niño murió. 18 Lo sepultaron, y todo Israel hizo duelo por él, conforme a la palabra que Jehovah había hablado por medio de su siervo, el profeta Ajías.

19 Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo y cómo reinó, he aquí que están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 20 El tiempo que reinó Jeroboam fue de 22 años, y reposó con sus padres. Y su hijo Nadab reinó en su lugar.

Roboam y la invasión de Sisac


21 Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. Roboam tenía 41 años cuando comenzó a reinar, y reinó 17 años en Jerusalén, la ciudad que Jehovah había elegido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. El nombre de su madre era Naama la amonita.

22 Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehovah; y con los pecados que cometieron, le provocaron a celos más que todo lo que habían hecho sus padres. 23 También se edificaron lugares altos, piedras rituales y árboles de Asera, en toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso. 24 También había en el país varones consagrados a la prostitución ritual, e hicieron conforme a todas las prácticas abominables de las naciones que Jehovah había echado de delante de los hijos de Israel.

25 Y sucedió que en el quinto año del rey Roboam subió Sisac, rey de Egipto, contra Jerusalén 26 y tomó los tesoros de la casa de Jehovah y los tesoros de la casa del rey; todo lo tomó. También tomó todos los escudos de oro que había hecho Salomón. 27 En lugar de ellos, el rey Roboam hizo escudos de bronce y los entregó a la custodia de los jefes de la escolta, que guardaban la entrada de la casa del rey. 28 Y sucedía que cuantas veces el rey entraba en la casa de Jehovah, los de la escolta los llevaban, y después los volvían a poner en la cámara de los de la escolta.

29 Los demás hechos de Roboam y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 30 Hubo guerra constante entre Roboam y Jeroboam. 31 Roboam reposó con sus padres y fue sepultado con sus padres en la Ciudad de David. El nombre de su madre era Naama la amonita. Y su hijo Abías reinó en su lugar.

Abías, rey de Judá


15 En el año 18 del rey Jeroboam hijo de Nabat, comenzó a reinar Abías sobre Judá, 2 y reinó 3 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Maaca hija de Absalón.

3 El anduvo en todos los pecados que había cometido su padre antes de él. Su corazón no fue íntegro con Jehovah su Dios, como el corazón de su padre David. 4 No obstante, por amor a David, Jehovah su Dios le dio una lámpara en Jerusalén, levantando a un hijo suyo después de él y manteniendo en pie a Jerusalén. 5 Porque David había hecho lo recto ante los ojos de Jehovah y no se había apartado en todos los días de su vida de nada de lo que le había mandado, excepto en el asunto de Urías el heteo. 6 Hubo guerra entre Abías y Jeroboam todos los días de su vida.

7 Los demás hechos de Abías y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Había guerra entre Abías y Jeroboam. 8 Abías reposó con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo Asa reinó en su lugar.

Asa, rey de Judá


9 En el año 20 de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá; 10 y reinó 41 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Maaca hija de Absalón.

11 Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehovah, como su padre David. 12 Barrió del país a los varones consagrados a la prostitución ritual y quitó todos los ídolos que habían hecho sus padres.

13 También depuso a su madre Maaca de ser reina madre, porque ella había hecho una monstruosa imagen de Asera. Asa destruyó la monstruosa imagen y la quemó junto al arroyo de Quedrón. 14 Aunque no quitó los lugares altos, sin embargo, el corazón de Asa fue íntegro para con Jehovah, todos sus días. 15 El introdujo en la casa de Jehovah lo que había consagrado su padre, y lo que él mismo había consagrado: plata, oro y utensilios.

16 Había guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel, todo el tiempo de ambos. 17 Baasa, rey de Israel, subió contra Judá y estaba reedificando Ramá para no dejar que ninguno tuviera acceso a Asa, rey de Judá. 18 Entonces Asa tomó toda la plata y el oro que habían quedado en los tesoros de la casa de Jehovah y en los tesoros de la casa del rey, y los entregó en mano de sus servidores. Luego el rey Asa los envió a Ben-hadad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo: 19 "Haya alianza entre tú y yo, como la había entre mi padre y tu padre. He aquí, yo te envío un obsequio de plata y oro; vé y anula tu alianza con Baasa, rey de Israel, para que se aparte de mí."

20 Ben-hadad consintió con el rey Asa. Envió contra las ciudades de Israel a los jefes de sus ejércitos, y atacó Ijón, Dan, Abel-bet-maaca y toda la región del mar Quinéret, con toda la tierra de Neftalí.

21 Sucedió que cuando Baasa oyó esto, dejó de reedificar Ramá y habitó en Tirsa. 22 Entonces el rey Asa convocó a todo Judá, sin exceptuar a nadie, y se llevaron las piedras y la madera de Ramá, con que Baasa edificaba. Y con ellas el rey Asa reedificó Geba de Benjamín y Mizpa.

23 Todos los demás hechos de Asa, todo su poderío, todas las cosas que hizo y las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Sólo que en el tiempo de su vejez se enfermó de los pies. 24 Asa reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David, su padre. Y su hijo Josafat reinó en su lugar.

Nadab, rey de Israel


25 Nadab hijo de Jeroboam comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa, rey de Judá, y reinó sobre Israel dos años.

26 El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, andando en el camino de su padre y en sus pecados con los que hizo pecar a Israel.

27 Baasa hijo de Ajías, de la tribu de Isacar, conspiró contra él. Baasa lo derrotó en Gibetón, que pertenecía a los filisteos, pues Nadab y todo Israel tenían sitiada Gibetón. 28 Baasa lo mató en el tercer año de Asa, rey de Judá, y reinó en su lugar.

29 Sucedió que cuando Baasa llegó a ser rey, mató a todos los de la casa de Jeroboam; no dejó con vida a ninguno de los de Jeroboam, hasta destruirlos, conforme a la palabra que Jehovah había hablado por medio de su siervo Ajías de Silo, 30 a causa de los pecados de Jeroboam, quien pecó e hizo pecar a Israel, y por la provocación con que provocó a ira a Jehovah Dios de Israel.

31 Los demás hechos de Nadab, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 32 Había guerra entre Asa y Baasa, rey de Israel, todo el tiempo de ambos.

Baasa, rey de Israel


33 En el tercer año de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ajías sobre todo Israel en Tirsa, y reinó 24 años.

34 El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah y anduvo en el camino de Jeroboam y en sus pecados con los que hizo pecar a Israel.

16 Entonces vino la palabra de Jehovah a Jehú hijo de Hanani contra Baasa, diciendo: 2 "Por cuanto yo te levanté del polvo y te establecí como el soberano de mi pueblo Israel, pero tú has andado en el camino de Jeroboam y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con sus pecados, 3 he aquí que yo barreré por completo a Baasa y a su casa, y haré a su casa como a la casa de Jeroboam hijo de Nabat. 4 Al que de Baasa muera en la ciudad, se lo comerán los perros; y al que muera en el campo, se lo comerán las aves del cielo.

5 Los demás hechos de Baasa, las cosas que hizo y su poderío, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 6 Baasa reposó con sus padres y fue sepultado en Tirsa. Y su hijo Ela reinó en su lugar.

7 También por medio del profeta Jehú hijo de Hanani vino la palabra de Jehovah contra Baasa y contra su casa, por toda la maldad que hizo ante los ojos de Jehovah, provocándole a ira con la obra de sus manos, por haber sido como los de la casa de Jeroboam y por haberla destruido.

Ela, rey de Israel


8 En el año 26 de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Ela hijo de Baasa sobre Israel en Tirsa, y reinó dos años. 9 Y conspiró contra él su servidor Zimri, jefe de la mitad de los carros. Estando el rey en Tirsa bebiendo hasta embriagarse en casa de Arsa, administrador del palacio en Tirsa, 10 Zimri fue, lo hirió y lo mató en el año 27 de Asa, rey de Judá; y reinó en su lugar.

11 Aconteció que al comenzar a reinar y después que estuvo sentado en su trono, mató a todos los de la casa de Baasa, sin dejar de ella un solo varón, ni de sus parientes ni de sus amigos. 12 Así Zimri destruyó a todos los de la casa de Baasa, conforme a la palabra que Jehovah había hablado contra Baasa por medio del profeta Jehú, 13 por todos los pecados de Baasa y por los pecados de su hijo Ela, quienes pecaron e hicieron pecar a Israel, provocando a ira a Jehovah Dios de Israel, con sus ídolos vanos.

14 Los demás hechos de Ela y todas las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Zimri, rey de Israel


15 En el año 27 de Asa, rey de Judá, Zimri reinó siete días en Tirsa, mientras el pueblo estaba acampado contra Gibetón, que pertenecía a los filisteos. 16 Entonces el pueblo que estaba acampado oyó decir: "Zimri ha conspirado y también ha matado al rey." Y aquel día todos los de Israel que estaban acampados allí proclamaron a Omri, jefe del ejército, rey de Israel.

17 Entonces Omri subió desde Gibetón, y con él todo Israel, y sitiaron Tirsa. 18 Sucedió que al ver que la ciudad era tomada, Zimri entró en la ciudadela de la casa del rey y prendió fuego a la casa del rey con él dentro. Así murió, 19 a causa de sus pecados que había cometido haciendo lo malo ante los ojos de Jehovah y andando en el camino de Jeroboam y en su pecado que cometió e hizo pecar a Israel.

20 Los demás hechos de Zimri y la conspiración que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

Omri, rey de Israel


21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos facciones. La mitad del pueblo seguía a Tibni hijo de Ginat, para hacerlo rey; la otra mitad seguía a Omri. 22 Pero el pueblo que seguía a Omri pudo más que el que seguía a Tibni hijo de Ginat. Tibni murió, y Omri fue rey.

23 En el año 31 de Asa, rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel y reinó 12 años. En Tirsa reinó 6 años.

24 El compró a Semer el monte de Samaria por dos talentos de plata. Edificó en el monte, y a la ciudad que edificó le dio el nombre de Samaria, según el nombre de Semer, el dueño del monte.

25 Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, y actuó peor que todos los que habían reinado antes de él. 26 Pues anduvo en todo el camino de Jeroboam hijo de Nabat y en sus pecados con los que hizo pecar a Israel, provocando a ira a Jehovah Dios de Israel, con sus ídolos vanos.

27 Los demás hechos de Omri, las cosas que hizo y el poderío que logró, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 28 Omri reposó con sus padres y fue sepultado en Samaria. Y su hijo Acab reinó en su lugar.

Acab, rey de Israel


29 En el año 38 de Asa, rey de Judá, Acab hijo de Omri comenzó a reinar sobre Israel. 30 Acab hijo de Omri reinó sobre Israel en Samaria 22 años.

Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, más que todos los que habían reinado antes de él. 31 Como si le fuera cosa liviana andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel hija de Etbaal, rey de los sidonios; y fue, sirvió a Baal y lo adoró. 32 Erigió un altar a Baal en el templo de Baal que había edificado en Samaria. 33 Acab también hizo un árbol ritual de Asera. Acab hizo peor que todos los reyes de Israel que habían reinado antes de él, provocando a ira a Jehovah Dios de Israel.

34 En su tiempo Jiel de Betel reedificó Jericó. A costa de Abiram su primogénito puso los cimientos, y a costa de Segub su hijo menor colocó sus puertas, conforme a la palabra que Jehovah había hablado por medio de Josué hijo de Nun.

Elías predice la sequía


17 Entonces Elías el tisbita, que era uno de los moradores de Galaad, dijo a Acab:

-¡Vive Jehovah Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!

2 Entonces la palabra de Jehovah vino a él diciendo:

3 -Apártate de aquí, dirígete al oriente y escóndete junto al arroyo de Querit, que está al frente del Jordán. 4 Y sucederá que beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te sustenten allí.

5 Elías fue e hizo conforme a la palabra de Jehovah. Fue y habitó junto al arroyo de Querit, que está al frente del Jordán. 6 Los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. 7 Pero sucedió que después de algunos días se secó el arroyo, porque no había llovido en la tierra.

Elías y la viuda en Sarepta


8 Entonces la palabra de Jehovah vino a Elías diciendo:

9 -Levántate, vé a Sarepta de Sidón y habita allí. He aquí, yo he designado allí a una mujer viuda para que te sustente.

10 Entonces se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña. El la llamó y le dijo:

-Por favor, tráeme un poco de agua en un vaso, para que beba.

11 Cuando ella iba a traérsela, la llamó y le dijo:

-Por favor, tráeme también un poco de pan en tu mano.

12 Ella respondió:

-¡Vive Jehovah, tu Dios, que no tengo pan cocido! Solamente tengo un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en una botella. Y he aquí que estaba recogiendo un par de leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, a fin de que lo comamos y muramos.

13 Entonces Elías le dijo:

-No tengas temor. Vé, haz como has dicho; pero de ello hazme a mí primero una torta pequeña y tráemela. Después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque así ha dicho Jehovah Dios de Israel: "La harina de la tinaja no se acabará, y el aceite de la botella no faltará hasta el día en que Jehovah dé lluvia sobre la superficie de la tierra."

15 Entonces ella fue e hizo conforme a la palabra de Elías; y comieron él, ella y su familia, por mucho tiempo. 16 La harina de la tinaja no se acabó, ni faltó el aceite de la botella, conforme a la palabra que Jehovah había dicho por medio de Elías.

17 Aconteció después de estas cosas que cayó enfermo el hijo de la mujer, la dueña de casa, y su enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento. 18 Entonces ella dijo a Elías:

-¿Qué tengo yo contigo, oh hombre de Dios? ¿Has venido a mí para traer a la memoria mis iniquidades y hacer morir a mi hijo?

19 Y él le respondió:

-Dame tu hijo.

Lo tomó del seno de ella, lo llevó al altillo donde él habitaba y lo acostó sobre su cama. 20 Entonces, clamando a Jehovah, dijo:

-¡Oh Jehovah, Dios mío! ¿Aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciendo morir a su hijo?

21 Luego se tendió tres veces sobre el niño y clamó a Jehovah diciendo:

-¡Oh Jehovah, Dios mío, te ruego que el alma de este niño vuelva a su cuerpo!

22 Jehovah escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a su cuerpo, y revivió. 23 Elías tomó al niño, lo bajó del altillo a la casa y lo entregó a su madre. Luego Elías dijo:

-¡Mira, tu hijo está vivo!

24 Entonces la mujer dijo a Elías:

-¡Ahora reconozco que tú eres un hombre de Dios y que la palabra de Jehovah es verdad en tu boca!

Elías se presenta ante Acab


18 Sucedió que después de mucho tiempo, al tercer año, vino la palabra de Jehovah a Elías, diciendo:

-Vé, preséntate ante Acab, y yo enviaré lluvia sobre la faz de la tierra.

2 Elías fue para presentarse ante Acab. Había gran hambre en Samaria. 3 Entonces Acab llamó a Abdías, el administrador del palacio. (Abdías era muy temeroso de Jehovah. 4 Y sucedió que cuando Jezabel destruía a los profetas de Jehovah, Abdías tomó a cien de ellos y los escondió de cincuenta en cincuenta en una cueva, y los sustentó con pan y agua.) 5 Acab dijo a Abdías:

-Vé por la tierra a todos los manantiales de agua y a todos los arroyos; quizás hallemos pasto con que podamos conservar con vida a los caballos y a las mulas, y no tengamos que eliminar algunos de los animales.

6 Se repartieron el territorio entre ellos para recorrerlo; Acab se fue solo por un camino, y Abdías se fue solo por otro. 7 Sucedió que cuando Abdías iba por el camino, he aquí que Elías venía a su encuentro; y como le reconoció, se postró sobre su rostro y preguntó:

-¿Eres tú Elías, mi señor?

8 Y le respondió:

-Sí, yo soy. Vé y di a tu señor: "Elías está aquí."

9 Pero él dijo:

-¿En qué he pecado para que tú entregues a tu siervo en mano de Acab, para que me mate? 10 ¡Vive Jehovah tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya enviado a buscarte! Cuando ellos respondían: "No está", hacía jurar al reino y a la nación que no te habían hallado. 11 Y ahora tú dices: "Vé y di a tu señor: ’Elías está aquí.’ " 12 Lo que sucederá es que después que yo me haya alejado de ti, el Espíritu de Jehovah te llevará adonde yo no sepa, y habiendo yo ido para informar a Acab, si él no te halla, me matará. Tu siervo teme a Jehovah desde su juventud. 13 ¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel mataba a los profetas de Jehovah, cómo escondí en una cueva a cien de ellos de cincuenta en cincuenta y los sustenté con pan y agua? 14 Y ahora tú dices: "Vé y di a tu señor: ’Aquí está Elías.’ " ¡El me matará!

15 Y Elías dijo:

-¡Vive Jehovah de los Ejércitos, a quien sirvo, que hoy me presentaré a él!

16 Entonces Abdías fue al encuentro de Acab y le informó. Acab fue al encuentro de Elías; 17 y sucedió que cuando Acab vio a Elías, le dijo:

-¿Eres tú, el que está trastornando a Israel?

18 Y él respondió:

-Yo no he trastornado a Israel, sino tú y tu casa paterna, al haber abandonado los mandamientos de Jehovah y al haber seguido a los Baales. 19 Ahora pues, manda que se reúnan conmigo en el monte Carmelo todo Israel, los 450 profetas de Baal y los 400 profetas de Asera que comen de la mesa de Jezabel.

Elías elimina a los profetas de Baal


20 Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel y reunió a los profetas en el monte Carmelo. 21 Elías se acercó a todo el pueblo y dijo:

-¿Hasta cuándo vacilaréis entre dos opiniones? Si Jehovah es Dios, ¡seguidle! Y si Baal, ¡seguidle!

Pero el pueblo no le respondió nada. 22 Entonces Elías volvió a decir al pueblo:

-Sólo yo he quedado como profeta de Jehovah, pero de los profetas de Baal hay 450 hombres. 23 Dennos, pues, dos toros. Escojan ellos un toro para sí, córtenlo en pedazos y pónganlo sobre la leña; pero no pongan fuego. Yo prepararé el otro toro y lo pondré sobre la leña, pero no pondré fuego. 24 Luego invocad vosotros el nombre de vuestro dios, y yo invocaré el nombre de Jehovah. El Dios que responda con fuego, ¡ése es Dios!

Todo el pueblo respondió y dijo:

-¡Bien dicho!

25 Entonces Elías dijo a los profetas de Baal:

-Escogeos el toro y preparadlo vosotros primero, porque vosotros sois la mayoría. Invocad el nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego.

26 Ellos tomaron el toro que les fue dado, y lo prepararon. Luego invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo:

-¡Oh Baal, respóndenos!

Pero no hubo voz ni quien respondiese. Mientras tanto ellos danzaban junto al altar que habían hecho.

27 Y sucedió que hacia el mediodía, Elías se burlaba de ellos diciendo:

-¡Gritad a gran voz, porque es un dios! Quizás está meditando, o está ocupado, o está de viaje. Quizás está dormido, y hay que despertarle.

28 Ellos clamaban a gran voz y se sajaban el cuerpo con espadas y con lanzas, conforme a su costumbre, hasta hacer chorrear la sangre sobre ellos. 29 Y sucedió que cuando pasó el mediodía, ellos seguían profetizando frenéticamente hasta la hora de ofrecer la ofrenda vegetal, y no había voz ni quien respondiese ni escuchase.

30 Entonces Elías dijo a todo el pueblo:

-¡Acercaos a mí!

Todo el pueblo se acercó a él. Luego él reparó el altar de Jehovah que estaba arruinado. 31 Elías tomó doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien le vino palabra de Jehovah diciendo: "Israel será tu nombre." 32 Y edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehovah. Después hizo una zanja alrededor del altar, en la cual pudiesen caber dos medidas de semilla. 33 Luego arregló la leña, cortó el toro en pedazos y los puso sobre la leña. 34 Entonces dijo:

-Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña.

Luego dijo:

-Hacedlo por segunda vez.

Y lo hicieron por segunda vez. Dijo aún:

-Hacedlo por tercera vez.

Y lo hicieron por tercera vez, 35 de modo que el agua corría alrededor del altar y llenó también la zanja. 36 Cuando llegó la hora de presentar la ofrenda vegetal, se acercó el profeta Elías y dijo:

-¡Oh Jehovah, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu siervo; y que por tu palabra he hecho todas estas cosas! 37 Respóndeme, oh Jehovah; respóndeme, para que este pueblo reconozca que tú, oh Jehovah, eres Dios, y que tú haces volver el corazón de ellos.

38 Entonces cayó fuego de Jehovah, que consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo; y lamió el agua que estaba en la zanja. 39 Al verlo toda la gente, se postraron sobre sus rostros y dijeron:

-¡Jehovah es Dios! ¡Jehovah es Dios!

40 Entonces Elías les dijo:

-¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno de ellos!

Los prendieron, y Elías los hizo descender al arroyo de Quisón, y allí los degolló.

Elías anuncia el fin de la sequía


41 Entonces Elías dijo a Acab:

-Sube, come y bebe; porque se oye el ruido de una fuerte lluvia.

42 Acab subió para comer y beber. Entonces Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra puso su rostro entre sus rodillas. 43 Luego dijo a su criado:

-Sube, por favor, y mira hacia el mar.

El subió, miró y dijo:

-No hay nada.

El le volvió a decir:

-Vuelve siete veces.

44 A la séptima vez dijo:

-He aquí, veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar.

Entonces él dijo:

-Vé y di a Acab: "Unce tu carro y desciende, no sea que te detenga la lluvia."

45 Y aconteció que mientras tanto los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y cayó una fuerte lluvia. Acab subió al carro y fue a Jezreel; 46 pero la mano de Jehovah estuvo sobre Elías, quien ciñó sus lomos y fue corriendo delante de Acab hasta la entrada de Jezreel.

Elías ante Jehovah en Horeb


19 Acab informó a Jezabel de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías, diciendo: "¡Así me hagan los dioses y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he hecho tu vida como la vida de uno de ellos!"

3 Entonces él tuvo miedo, y se levantó y huyó para salvar su vida. Así llegó a Beerseba, que pertenece a Judá. Dejó allí a su criado, 4 y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse dijo:

-¡Basta ya, oh Jehovah! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres!

5 Se recostó debajo del arbusto y se quedó dormido. Y he aquí que un ángel le tocó y le dijo:

-Levántate, come.

6 Entonces miró, y he aquí que a su cabecera había una torta cocida sobre las brasas y una cantimplora de agua. Luego comió, bebió y se volvió a recostar. 7 Entonces el ángel de Jehovah volvió por segunda vez, y le tocó diciendo:

-Levántate, come, porque el camino es demasiado largo para ti.

8 Se levantó, comió y bebió. Luego, con las fuerzas de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. 9 Allí se metió en la cueva, donde pasó la noche. Y he aquí que vino a él la palabra de Jehovah, y le preguntó:

-¿Qué haces aquí, Elías?

10 Y él respondió:

-He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

11 El le dijo:

-Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de Jehovah.

Y he aquí que Jehovah pasaba. Un grande y poderoso viento destrozaba las montañas y rompía las peñas delante de Jehovah, pero Jehovah no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero Jehovah no estaba en el terremoto. 12 Después del terremoto hubo un fuego, pero Jehovah no estaba en el fuego. Después del fuego hubo un sonido apacible y delicado. 13 Y sucedió que al oírlo Elías, cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva. Y he aquí, vino a él una voz, y le preguntó:

-¿Qué haces aquí, Elías?

14 El respondió:

-He sentido un vivo celo por Jehovah Dios de los Ejércitos, porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Yo solo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

15 Y Jehovah le dijo:

-Vé, regresa por tu camino, por el desierto, a Damasco. Cuando llegues, ungirás a Hazael como rey de Siria. 16 También a Jehú hijo de Nimsi ungirás como rey de Israel; y ungirás a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mejola, como profeta en tu lugar. 17 Y sucederá que al que escape de la espada de Hazael, lo matará Jehú; y al que escape de la espada de Jehú, lo matará Eliseo. 18 Pero yo he hecho que queden en Israel 7.000, todas las rodillas que no se han doblado ante Baal y todas las bocas que no lo han besado.

Elías unge a Eliseo como profeta


19 Cuando se fue de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando con doce yuntas de bueyes delante de él, y él estaba con la duodécima. Pasando Elías hacia él, echó su manto sobre él. 20 Entonces él dejó los bueyes, fue corriendo tras Elías y dijo:

-Permíteme besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré.

Elías le dijo:

-Vé y vuelve; pues, ¿qué te he hecho yo?

21 Eliseo dejó de ir tras él. Luego tomó la yunta de bueyes y los mató. Y con el arado de los bueyes cocinó su carne y la dio a la gente para que comiesen. Después se levantó, fue tras Elías y le servía.

Ben-hadad sitia Samaria


20 Entonces Ben-hadad, rey de Siria, reunió todo su ejército. Estaban con él treinta y dos reyes, con caballos y carros. Luego subió, sitió Samaria y combatió contra ella. 2 Después envió mensajeros a la ciudad, a Acab, rey de Israel, diciendo: 3 "Así ha dicho Ben-hadad: ’Tu plata y tu oro son míos; tus mujeres y los mejores de tus hijos son míos.’ "

4 El rey de Israel respondió diciendo: "Como tú dices, oh mi señor el rey, yo soy tuyo con todo lo que tengo."

5 Volvieron otra vez los mensajeros y dijeron: "Así dice Ben-hadad: ’Por cierto, te envié a decir que me dieras tu plata, tu oro, tus mujeres y tus hijos. 6 Mañana a estas horas te enviaré mis servidores, los cuales registrarán tu casa y las casas de tus servidores. Y sucederá que tomarán con sus manos y se llevarán todo lo precioso que tengas.’ "

7 El rey de Israel llamó a todos los ancianos del país y les dijo:

-Sabed, pues, y ved cómo éste no busca sino el mal; porque ha enviado por mis mujeres y mis hijos, y por mi plata y mi oro; y yo no se lo he negado.

8 Y todos los ancianos y todo el pueblo respondieron:

-No le escuches ni accedas.

9 Entonces Acab respondió a los mensajeros de Ben-hadad:

-Decid a mi señor el rey: "Haré todo lo que enviaste a exigir a tu siervo al principio, pero esto no lo puedo hacer."

Los mensajeros fueron y le dieron la respuesta, 10 y Ben-hadad envió a decirle: "Así me hagan los dioses y aun me añadan, si el polvo de Samaria basta para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue."

11 El rey de Israel respondió y dijo: "Decidle: ’No se jacte tanto el que se ciñe como el que se desciñe.’ "

12 Y sucedió que cuando él oyó estas palabras, mientras bebía con los reyes en las cabañas, dijo a sus servidores:

-¡Tomad posiciones!

Y tomaron posiciones contra la ciudad.

Acab derrota a Ben-hadad


13 He aquí, un profeta se acercó a Acab, rey de Israel, y le dijo:

-Así ha dicho Jehovah: "¿Has visto toda aquella gran multitud? He aquí, yo la entregaré hoy en tu mano, para que reconozcas que yo soy Jehovah."

14 Acab preguntó:

-¿Por medio de quién?

Y él respondió:

-Así ha dicho Jehovah: "Por medio de los jóvenes de los jefes de las provincias."

Y Acab preguntó:

-¿Quién comenzará la batalla?

El respondió:

-Tú.

15 Acab pasó revista a los jóvenes de los jefes de las provincias, los cuales eran 232. Después de ellos, pasó revista a todo el pueblo, a todos los hijos de Israel, que eran 7.000. 16 Y éstos salieron al mediodía, mientras Ben-hadad estaba bebiendo hasta emborracharse en las cabañas con los reyes, los treinta y dos reyes que habían venido en su ayuda. 17 Los jóvenes de los jefes de las provincias salieron primero. Ben-hadad había enviado a algunos, quienes le informaron diciendo:

-Unos hombres han salido de Samaria.

18 El dijo:

-Si han salido para hacer la paz, prendedlos vivos. Y si han salido para combatir, prendedlos vivos.

19 Salieron, pues, de la ciudad los jóvenes de los jefes de las provincias, y tras ellos salió el ejército. 20 Y cada uno mató al que venía contra él; y los sirios huyeron, e Israel los persiguió. Pero Ben-hadad, rey de Siria, se escapó a caballo con algunos jinetes. 21 Entonces salió el rey de Israel, atacó los caballos y los carros, y ocasionó a los sirios una gran derrota.

Victoria sobre los sirios en Afec


22 Luego se acercó el profeta al rey de Israel y le dijo:

-Vé, cobra ánimo; considera y mira lo que has de hacer, porque el rey de Siria volverá contra ti el próximo año.

23 Los servidores del rey de Siria le dijeron:

-Sus dioses son dioses de las montañas; por eso fueron más fuertes que nosotros. Pero si combatimos contra ellos en la llanura, sin duda seremos más fuertes que ellos. 24 Haz, pues, así: Saca a cada uno de los reyes de su puesto, y pon gobernadores en su lugar. 25 Y tú, organiza otro ejército como el ejército que perdiste, caballo por caballo y carro por carro. Luego combatiremos contra ellos en la llanura, y sin duda seremos más fuertes que ellos.

El les prestó atención, y lo hizo así. 26 Y aconteció, al año siguiente, que Ben-hadad pasó revista a los sirios y fue a Afec para combatir contra Israel. 27 También se pasó revista a los hijos de Israel, y tomando provisiones les salieron al encuentro. Los hijos de Israel acamparon frente a ellos y eran como dos pequeños rebaños de cabras, mientras que los sirios llenaban el campo. 28 Entonces el hombre de Dios se acercó al rey de Israel y le habló diciendo:

-Así ha dicho Jehovah: "Porque los sirios han dicho: ’Jehovah es un dios de las montañas; no es un dios de los valles’, yo entregaré a toda esta gran multitud en tu mano, para que reconozcas que yo soy Jehovah."

29 Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros. Y sucedió que al séptimo día se dio la batalla. Entonces los hijos de Israel mataron en un día a 100.000 hombres de infantería de los sirios. 30 Los demás huyeron a la ciudad de Afec, pero el muro cayó encima de 27.000 hombres que habían quedado. También Ben-hadad fue huyendo a la ciudad y se escondía de cuarto en cuarto.

Acab hace alianza con Ben-hadad


31 Sus servidores dijeron a Ben-hadad:

-He aquí, hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes clementes. Pongamos, pues, cilicio sobre nuestras espaldas y sogas a nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel; quizás nos perdone la vida.

32 Entonces se ciñeron sus lomos con cilicio y pusieron sogas a sus cuellos, y fueron al rey de Israel y dijeron:

-Tu siervo Ben-hadad dice: "Por favor, perdóname la vida."

Y él respondió:

-¿Todavía vive? ¡Es mi hermano!

33 Aquellos hombres tomaron esto como buen augurio y se apresuraron a tomarle la palabra, diciendo:

-¡Tu hermano es Ben-hadad!

El dijo:

-Id y traedle.

Ben-hadad se presentó ante Acab, quien le hizo subir en su carro. 34 Luego le dijo Ben-hadad:

-Yo restituiré las ciudades que mi padre tomó a tu padre. Tú también podrás establecer centros comerciales en Damasco, como mi padre hizo en Samaria.

-Entonces con este convenio yo te dejaré ir libre.

Hizo, pues, un convenio con él y le dejó ir.

Acab es reprendido respecto a Ben-hadad


35 Entonces un hombre de los hijos de los profetas dijo a su compañero, por mandato de Jehovah:

-¡Golpéame, por favor!

Pero el hombre rehusó golpearle. 36 Y él le dijo:

-Porque no has obedecido la voz de Jehovah, he aquí que cuando te apartes de mí, te matará un león.

Cuando se apartó de él, lo encontró un león y lo mató.

37 Luego se encontró con otro hombre y le dijo:

-¡Golpéame, por favor!

El hombre le dio un golpe y le ocasionó una herida. 38 Entonces el profeta se fue y se puso de pie delante del rey en el camino, disfrazándose con una venda sobre los ojos. 39 Sucedió que cuando el rey pasaba, aquél gritó al rey y dijo:

-¡Tu siervo estuvo en medio de la batalla, y he aquí que uno se apartó trayéndome a un hombre y me dijo: "Guarda a este hombre, porque si llega a escapar, tu vida responderá por la suya o pagarás un talento de plata." 40 Pero sucedió que mientras tu siervo estaba ocupado en una y otra cosa, él desapareció.

Entonces el rey de Israel le dijo:

-¡Esa será tu sentencia! ¡Tú mismo la has pronunciado!

41 Entonces se quitó apresuradamente la venda de sus ojos, y el rey de Israel reconoció que era uno de los profetas. 42 Y éste dijo al rey:

-Así ha dicho Jehovah: "¡Por cuanto soltaste de la mano al hombre que yo había designado como anatema, tu vida responderá por la suya, y tu pueblo por el suyo!"

43 El rey de Israel se fue a su casa decaído y enfadado, y llegó a Samaria.

Acab y la viña de Nabot


21 Pasadas estas cosas aconteció que Nabot de Jezreel tenía una viña en Jezreel, junto al palacio de Acab, rey de Samaria. 2 Y Acab habló a Nabot diciendo:

-Dame tu viña para que me sirva como huerto de verduras, porque está junto a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que ésta. O si te parece mejor, te pagaré su precio en dinero.

3 Nabot respondió a Acab:

-¡Guárdeme Jehovah de darte la heredad de mis padres!

4 Acab se fue a su casa decaído y enfadado por las palabras que le había respondido Nabot de Jezreel, quien le había dicho: "No te daré la heredad de mis padres." Se acostó en su cama, volvió su cara y no tomó alimentos.

5 Jezabel, su mujer, fue a él y le preguntó:

-¿Por qué está decaído tu espíritu, y no tomas alimentos?

6 Y él le respondió:

-Porque hablé con Nabot de Jezreel y le dije: "Dame tu viña por dinero; o si te parece mejor, te daré otra viña por ella." Y él respondió: "No te daré mi viña."

7 Su mujer Jezabel le dijo:

-¿Tú actúas ahora como rey sobre Israel? ¡Levántate, toma alimentos, y alégrese tu corazón! ¡Yo te daré la viña de Nabot de Jezreel!

8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, las selló con su anillo y las envió a los ancianos y principales que habitaban en su ciudad con Nabot. 9 Las cartas que escribió decían así:


Proclamad ayuno y haced que Nabot se siente frente al pueblo. 10 Haced que se sienten frente a él dos hombres perversos para que testifiquen contra él diciendo: "¡Tú has maldecido a Dios y al rey!" Entonces sacadlo y apedreadlo, y que muera.


11 Los hombres de su ciudad, los ancianos y los principales que vivían en su ciudad hicieron como les mandó Jezabel. Conforme a lo escrito en las cartas que ella había enviado, 12 proclamaron ayuno e hicieron sentar a Nabot frente al pueblo. 13 Luego vinieron los dos hombres perversos y se sentaron frente a él. Y estos hombres perversos dieron testimonio contra Nabot frente al pueblo, diciendo:

-Nabot ha maldecido a Dios y al rey.

Lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon, y murió. 14 Después enviaron a decir a Jezabel: "Nabot ha sido apedreado y ha muerto."

15 Sucedió que cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y que había muerto, Jezabel dijo a Acab:

-Levántate y toma posesión de la viña de Nabot de Jezreel, quien no te la quiso dar por dinero. Nabot ya no vive; ha muerto.

16 Y sucedió que cuando Acab oyó que Nabot había muerto, se levantó Acab para descender a la viña de Nabot de Jezreel a fin de tomar posesión de ella.

Elías anuncia juicio contra Acab


17 Aconteció que vino la palabra de Jehovah a Elías el tisbita, diciendo:

18 -Levántate, desciende al encuentro de Acab, rey de Israel, que reside en Samaria. He aquí que está en la viña de Nabot, a donde ha descendido para tomar posesión de ella. 19 Le hablarás diciendo: "Así ha dicho Jehovah: ’¿Has asesinado y también has tomado posesión?’ " Luego le hablarás diciendo: "Así ha dicho Jehovah: ’En el lugar donde los perros lamieron la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre.’ "

20 Acab dijo a Elías:

-¿Así que me has encontrado, enemigo mío?

El respondió:

-Te he encontrado, porque te has vendido para hacer lo malo ante los ojos de Jehovah. 21 Así dice Jehovah: "He aquí, yo traeré el mal sobre ti y te barreré por completo. Eliminaré de Acab a todo varón en Israel, tanto al esclavo como al libre. 22 Yo haré a los de tu casa como a los de la casa de Jeroboam hijo de Nabat y a los de la casa de Baasa hijo de Ajías, por la provocación con que me has provocado a ira y con que has hecho pecar a Israel." 23 También de Jezabel ha hablado Jehovah diciendo: "Los perros comerán a Jezabel en la parcela de Jezreel. 24 Al que de Acab muera en la ciudad, lo comerán los perros; y al que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo."

25 No hubo realmente nadie como Acab, que se vendiera para hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, pues su mujer Jezabel lo incitaba. 26 El actuó de manera muy abominable, yendo tras los ídolos, conforme a todo lo que hacían los amorreos, a los cuales Jehovah había echado de delante de los hijos de Israel.

27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestiduras, puso cilicio sobre su cuerpo, ayunó y se acostó con el cilicio; y andaba humillado. 28 Entonces vino la palabra de Jehovah a Elías el tisbita, diciendo:

29 -¿Has visto cómo se ha humillado Acab delante de mí? Por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.

Acab y Josafat van contra los sirios


22 Tres años pasaron sin que hubiera guerra entre Siria e Israel. 2 Y aconteció al tercer año que Josafat, rey de Judá, descendió a visitar al rey de Israel. 3 Entonces el rey de Israel dijo a sus servidores:

-¿Sabéis que Ramot de Galaad nos pertenece? ¡Y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey de Siria!

4 Luego preguntó a Josafat:

-¿Irás conmigo a la guerra a Ramot de Galaad?

Y Josafat respondió al rey de Israel:

-Yo soy como eres tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.

5 Además, Josafat dijo al rey de Israel:

-Por favor, consulta hoy la palabra de Jehovah.

6 Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, unos 400 hombres, y les preguntó:

-¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o desistiré?

Ellos respondieron:

-Sube, porque el Señor la entregará en mano del rey.

7 Entonces preguntó Josafat:

-¿No hay aquí todavía algún profeta de Jehovah, para que consultemos por medio de él?

8 El rey de Israel respondió a Josafat:

-Todavía hay un hombre por medio del cual podríamos consultar a Jehovah; pero yo le aborrezco, porque no me profetiza el bien, sino el mal. Es Micaías hijo de Imla.

Josafat respondió:

-No hable así el rey.

9 Entonces el rey de Israel llamó a un funcionario y le dijo:

-Trae pronto a Micaías hijo de Imla.

10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus vestiduras reales, estaban sentados, cada uno en su trono, en la era a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos. 11 Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro y decía:

-Así ha dicho Jehovah: "¡Con éstos embestirás a los sirios, hasta acabar con ellos!"

12 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo:

-Sube a Ramot de Galaad y triunfa, porque Jehovah la entregará en mano del rey.

13 El mensajero que había ido a llamar a Micaías le habló diciendo:

-He aquí, las palabras de los profetas unánimemente anuncian el bien al rey. Sea, pues, tu palabra como la de uno de ellos, y anuncia el bien.

14 Pero Micaías respondió:

-¡Vive Jehovah, que lo que Jehovah me diga, eso hablaré!

15 Llegó al rey, y el rey le preguntó:

-Micaías, ¿iremos a la guerra contra Ramot de Galaad, o desistiremos?

El respondió:

-Sube y triunfa, porque Jehovah la entregará en mano del rey.

16 El rey le dijo:

-¿Cuántas veces tengo que hacerte jurar que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehovah?

17 Entonces respondió:

-He visto a todo Israel dispersado por los montes como ovejas que no tienen pastor. Y Jehovah dijo: "Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz."

18 Entonces el rey de Israel dijo a Josafat:

-¿No te dije que no profetizaría acerca de mí el bien, sino el mal?

19 Luego dijo Micaías:

-Escucha, pues, la palabra de Jehovah: Yo he visto a Jehovah sentado en su trono; y todo el ejército de los cielos estaba de pie junto a él, a su derecha y a su izquierda. 20 Entonces Jehovah preguntó: "¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad?" Y uno respondía de una manera, y otro respondía de otra manera. 21 Entonces salió un espíritu, se puso delante de Jehovah y dijo: "Yo le induciré." Jehovah le preguntó: "¿De qué manera?" 22 Y él le respondió: "Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas." Y Jehovah dijo: "Tú lo inducirás, y también prevalecerás. Sal y hazlo así." 23 Ahora pues, he aquí que Jehovah ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos estos tus profetas, porque Jehovah ha decretado el mal con respecto a ti.

24 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciéndole:

-¿Por qué camino se apartó de mí el Espíritu de Jehovah, para hablarte a ti?

25 Y Micaías respondió:

-¡He aquí, tú lo verás aquel día, cuando te metas de cuarto en cuarto para esconderte!

26 Entonces dijo el rey de Israel:

-Toma a Micaías y hazlo volver a Amón, alcalde de la ciudad, y a Joás, hijo del rey. 27 Y di: "El rey ha dicho así: ’Poned a éste en la cárcel y mantenedle con una escasa ración de pan y de agua, hasta que yo llegue en paz.’ "

28 Y Micaías dijo:

-Si logras volver en paz, Jehovah no ha hablado por medio de mí. -Y añadió-: ¡Oídlo, pueblos todos!

29 El rey de Israel subió con Josafat, rey de Judá, a Ramot de Galaad. 30 El rey de Israel dijo a Josafat:

-Yo me disfrazaré y entraré en la batalla; pero tú, vístete con tus vestiduras.

Entonces el rey de Israel se disfrazó y entró en la batalla.

Derrota de Israel y muerte de Acab


31 Ahora bien, el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos jefes de los carros que tenía, diciendo: "No luchéis contra chico ni contra grande, sino sólo contra el rey de Israel." 32 Y sucedió que cuando los jefes de los carros vieron a Josafat, dijeron:

-¡Ciertamente éste es el rey de Israel!

Entonces se dirigieron hacia él para atacarle, pero Josafat gritó. 33 Y sucedió que al ver los jefes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él. 34 Entonces un hombre tiró con su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura y la coraza. Y él dijo al que guiaba su carro:

-¡Da la vuelta y sácame de la batalla, porque he sido herido!

35 La batalla arreció aquel día, y el rey fue sostenido en pie en el carro, frente a los sirios. Y murió al atardecer. La sangre de la herida corría hasta el fondo del carro. 36 A la puesta del sol salió una proclama por todo el campamento, diciendo:

-¡Cada uno a su ciudad! ¡Cada uno a su tierra!

37 Murió, pues, el rey y fue llevado a Samaria; luego sepultaron al rey en Samaria. 38 Lavaron el carro junto al estanque de Samaria (donde las prostitutas se lavaban), mientras los perros lamían su sangre, conforme a la palabra que Jehovah había hablado.

39 Los demás hechos de Acab y todo lo que hizo, la casa de marfil y todas las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 40 Acab reposó con sus padres, y su hijo Ocozías reinó en su lugar.

Resumen del reinado de Josafat


41 Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey de Israel. 42 Josafat tenía 35 años cuando comenzó a reinar, y reinó 25 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Azuba hija de Silji.

43 El anduvo en todo el camino de su padre Asa, sin apartarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehovah. Sin embargo, los lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo continuaba ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. 44 Josafat también hizo la paz con el rey de Israel.

45 Los demás hechos de Josafat, el poderío que logró y las guerras que llevó a cabo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 46 El eliminó del país el resto de los varones consagrados a la prostitución ritual que habían quedado del tiempo de su padre Asa.

47 No había entonces rey en Edom; sólo había un gobernador de parte del rey.

48 Josafat hizo barcos como los de Tarsis, para ir a Ofir por oro. Pero no fueron, pues los barcos se destrozaron en Ezión-geber. 49 Entonces Ocozías hijo de Acab dijo a Josafat: "Que vayan mis servidores con tus servidores en los barcos." Pero Josafat no quiso.

50 Josafat reposó con sus padres y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David, su padre. Y su hijo Joram reinó en su lugar.

Ocozías, rey de Israel


51 Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel, en Samaria, en el año 17 de Josafat, rey de Judá, y reinó 2 años sobre Israel.

52 El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah y anduvo en el camino de su padre, en el camino de su madre y en el camino de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel. 53 Sirvió a Baal y lo adoró, y provocó a ira a Jehovah Dios de Israel, conforme a todas las cosas que su padre había hecho.


Reina-Valera Actualizada, 1989.