Las Iglesias de Cristo...¿Quiénes Son Esta Gente?

por Joe R. Barnett

Es muy probable que te hayas oído de las iglesias de Cristo. Tal vez te hayas preguntado "¿Quién es esa gente? ¿En qué se distinguen de las cientos de iglesias que hay en el mundo? Posiblemente te has preguntado: "¿Cuál es su origen histórico? ¿Cuántos miembros hay? ¿Cuál es su mensaje? ¿Cómo se organizan? ¿Cómo adoran a Dios? ¿Qué opinan de la Biblia? Quiero contestarte esta preguntas en este pequeño artículo.

Somos Gente Con Un Espíritu De Restauración

Los miembros de las iglesias de Cristo se conocen por su deseo ferviente de restaurar en nuestro día la iglesia original del Nuevo Testamento. El Doctor Hans Kung, un muy conocido teólogo europeo, publicó un libro hace pocos años atrás titulado "La Iglesia". El Dr. Kung lamentaba el hecho de que la iglesia establecida ha perdido su camino, se ha cargado con tradiciones, y ha fracasado en realizar el plan de Cristo para su iglesia. La única respuesta, según el Dr. Kung, es de regresar a las Escrituras para ver cómo era la iglesia al principio para entonces recuperar en el siglo veinte la esencia de la iglesia original. Eso es lo que busca la iglesias de Cristo.

Al final de siglo decimoctavo, personas de diferentes sectas, estudiante independientemente los unos de los otros, en varios partes del mundo, empezaron a preguntarse:

¿Por qué no volver más allá del sectarismo a la simpleza y pureza de la iglesia del primer siglo?

¿Por qué no tomar sólo la Biblia y de nuevo perseverar en la doctrina de los apóstoles?

¿Por qué no sembrar la misma semilla (la Palabra de Dios, Lucas 8:11) que plantaron los cristianos del primer siglo, y ser solamente cristianos, así como ellos lo fueron?

Estos rogaron a todos que se soltaran del sectarismo, de credos humanos y seguir sólo la Biblia. Enseñaron que no se debe exigir nada de los creyentes como acto de fe que no se evidencia en las Escrituras. Enfatizaron que el regreso a la fe de la Biblia no era fundar una religión nueva, sino volver a la iglesia original.

Los miembros de las iglesias de Cristo tienen ánimo en este acercamiento. Con la Biblia como nuestra única guía, buscamos cómo era la iglesia original y tratamos de restaurarla con exactitud. No encontramos este aventura como arrogancia, sino es todo lo contrario. Estamos diciendo que no tenemos el derecho de pedir a los hombres que sean leales a una organización humana - pero sí sentimos la obligación de pedir que todos sigan el plano de Dios.

No Somos Una Denominación

Por esta razón, no nos interesa los credos hechos por los hombres, sino el patrón bíblico. No nos conceptúan como una secta. No somos ni católicos ni evangélicos, sino simplemente miembros de la iglesia que Cristo estableció y por la cual murió. De hecho, es por eso que llevamos su nombre. El término, "iglesia de Cristo" no es una designación sectaria sino una descripción que indica que la iglesia pertenece a Cristo. Reconocemos nuestras faltas y debilidades y por eso mismo con más razón queremos seguir el plan perfecto y totalmente suficiente de Dios para la iglesia.

La Unidad Basada En La Biblia

Ya que Dios ha dado toda autoridad a Cristo (Mateo 28:18), y ya que él es el portavoz de Dios hoy día (Hebreos 1:1-2), es nuestra convicción que sólo Cristo tiene la autoridad de decir lo que es su iglesia y qué debe enseñar.

Cómo solamente el Nuevo Testamento presenta las instrucciones de Cristo a sus discípulos, sólo este testamento sirve como la base para todo enseñanza y práctica religiosa. Esto es fundamental con los miembros de las iglesias de Cristo. Creemos que la enseñanza novotestamentaria sin modificación alguno es la única manera de conducir a los hombres y mujeres para llegar a ser cristianos.

Creemos que la división religiosa es mala. Cristo oró por la unidad (Juan 17). Y luego el apóstol Pablo rogó a aquellos que estaban divididos a unirse en Cristo (1 Corintios 1). Creemos que la única manera de lograr la unidad es volver a la Biblia. La negociación no trae la unidad. Seguramente ninguna persona o grupo de personas tienen el derecho de establecer las reglas por las cuales todos tienen que ajustarse. Pero es completamente correcto decir, "Vamos a unirnos por sólo seguir la Biblia". Esto es justo, seguro y correcto.

Así que, las iglesias de Cristo ruegan por la unidad basada en la Biblia. Creemos que el subscribirnos a cualquier otro credo que no sea el Nuevo Testamento o rehusar obedecer a cualquier mandato del Nuevo Testamento o seguir cualquier práctica no apoyada por el Nuevo Testamento es añadir o quitar de las enseñanzas de Dios. La Biblia condena tanto lo que se añade como también el hecho de quitar (Gálatas 1:6-9; Apocalipsis 22:18-19). Es por esta razón que el Nuevo Testamento es la única regla de fe y práctica que aceptamos en las iglesias de Cristo.

Cada Congregación Es Autónoma

Las iglesias de Cristo no comparte nada de la burocracia común a las organizaciones de la vida moderna. No hay junta gobernantes - ni de districtos, ni regionales, ni nacionales ni internacionales. No hay oficinas centrales terrenales ni organizaciones creadas por el hombre. Al contrario, cada congregación es autónoma, es decir, gobierna a si misma y es independiente de toda otra congregación. La única amarre que une a las muchas congregaciones es una común dedicación a Cristo y a la Biblia.

No hay convenciones, reuniones anuales ni publicaciones oficiales. Las congregaciones sí cooperan en apoyar a hogares para niños, hogares para ancianos y la obra misionera. Sin embargo, la participación es estrictamente voluntario de parte de cada congregación y ninguna persona ni grupo de personas pueden tomar decisiones para otra congregación.

Cada congregación se gobierna a sí misma por medio de una pluralidad de ancianos seleccionados por los mismos miembros. Estos son hombre que cumplen con los requisitos expuestos en 1 Timoteo 3 y Tito 1. Además hay diáconos en cada congregación que deben cumplir los requisitos que encontramos en 1 Timoteo 3.

Los Actos del Culto

La adoración en las iglesias de Cristo consiste en cinco actos, al igual como en el primer siglo. Creemos que es importante seguir el patrón bíblico. Jesús dijo: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoran" (Juan 4:24). De esta verdad aprendemos tres cosas:

(1) Nuestro culto tiene que dirigirse a la persona correcta: A DIOS;

(2) Nuestro culto tiene que efectuarse con el espíritu correcto;

(3) Nuestro culto tiene que ser según la verdad.

Para adorar a Dios según la verdad es adorarle conforme a su Palabra porque su Palabra es verdad (Juan 17:17). Por lo tanto, no podemos excluir ningún acto que encontramos en su Palabra ni incluir ningún acto que no se encuentra en su Palabra.

En asuntos de religión, hay que andar por fe (2 Corintios 5:7). Como la fe viene por el oír la Palabra de Dios (Romanos 10:17), cualquier cosa no autorizada por la Biblia no se puede hacer con fe. Y lo que no es de fe es pecado (Romanos 14:23).

Estos cinco actos fueron observados por la iglesia del primer siglo y son: cantar, orar, predicar, ofrendar y comer la Cena del Señor. Si estás familiarizado con las iglesias de Cristo, probablemente estás consciente de dos actos de esta lista son distintas de la mayoría de los grupos religiosos. Por eso, permíteme enfocar en estos dos y explicar la razón por la cual somos distintos.

El Canto de alabanza es a capella

Una de las cosas que llama mucho la atención a la gente es que las iglesias de Cristo cantan sin el uso de instrumentos de música. Es un cantar «acapela» y es la única música que aceptamos en nuestro culto. Sencillamente lo explicamos de esta manera: buscamos adorar según las instrucciones del Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento no incluye los instrumentos de música y por esta razón es correcto y seguro no incluirlo tampoco nosotros. Si usáramos los instrumentos mecánicos, tendremos que hacerlo sin ningún apoyo de autoridad del Nuevo Testamento.

Sólo hay siete textos en el Nuevo Testamento que tienen que ver con la música en el culto a Dios y son:

"Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos (Mateo 26:30).

"Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían" (Hechos 16:25).

"Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre" (Romanos 15:9).

"Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento" (1 Corintios 14:15).

"Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones" (Efesios 5:19).

"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Colosenses 3:16).

"¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas" (Santiago 5:13).

El instrumento mecánico de música está obviamente ausente de estos pasajes. Considerando la historia, la música instrumental aparición en el culto de la iglesia por primera vez en el sexto siglo después de Cristo y no existía una práctica usual de usarlo hasta el octavo siglo. Líderes religiosos como Juan Calvino, Juan Wesley y Charles Spurgeon se opusieron a la música instrumental por su ausencia en el Nuevo Testamento.

La Cena del Señor se observa semanalmente

Puede que hayas notado otra diferencia entre las iglesias de Cristo y otros grupos religiosos en torno a la Cena del Señor. Esta cena conmemora fue instituida por Jesús en la noche en que fue entregado (Mateo 26:26-28). Fue observado por los Cristianos en memoria de la muerte del Señor (1 Corintios 11:24-25). Los elementos de pan sin levadura y fruto de la vid simbolizan el cuerpo y la sangre de Jesús (1 Corintios 10:16).

Las iglesias de Cristo difieren de otras iglesias en que celebran la Cena del Señor el primer día de cada semana. La razón se debe a nuestro deseo de seguir la enseñanza novotestamentaria. El Nuevo Testamento nos ilumina cuando dice: "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, ..." (Hechos 20:7). Algunos difieren de que el texto no especifica el primer día de cada semana. Pero si uno estudie el mandato del Viejo Testamento de guardar sábado, tampoco especifica cada semana. Dice: "Acuérdate del día de reposo para santificarlo". Los judíos entendieron que significaba cada sábado. Nos parece que, por la misma lógica, que "el primer día de la semana" quiere decir el primer día de cada semana. Además, sabemos de los muy respetados historiadores como Neander y Eusebius que los cristianos de los primeros siglos tomaron la Cena del Señor cada domingo.

Los Requisitos Para Ser Miembro

Tal vez se pregunta sobre cómo uno llega a ser miembro de la iglesia de Cristo. ¿Cuáles son los requisitos? Las iglesias de Cristo no hablan de membresía en términos de un proceso para ser aprobado y aceptado por la iglesia como miembro, sino que el Nuevo Testamento ofrece ciertos pasos para que, en el primer siglo, las personas pudieran llegar a ser cristianos. Cuando llegaron a ser cristianos, automáticamente eran miembros de la iglesia. Lo mismo sucede en las iglesias de Cristo en el día de hoy. No hay reglas a seguir para ser votado como miembro de la iglesia, sino que al mismo tiempo cuando se convierta en cristiano, se vuelve miembro de la iglesia. No hay pasos adicionales que le califican como miembro.

En su primer día de la existencia de la iglesia, lo que se arrepintieron y se bautizaron eran salvos (Hechos 2:38) y, al mismo tiempo, añadidos a la iglesia (Hechos 2:47). Según este texto (Hechos 2:47), es el Señor que añade. Siguiendo este patrón, ni votamos una persona puede ser miembro o no, ni obligamos a las personas a coger una serie de estudios. No tenemos derecho de exigir nada, sino solamente que obedezcan al Señor.

Los requisitos para perdón, según enseña el Nuevo Testamento son:

(1) Oír el evangelio porque "la fe viene por el oír" (Romanos 10:17);

(2) Creer porque "sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6);

(3) Arrepentirse de los pasados pecados porque Dios "ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan" (Hechos 17:30);

(4) Confesar a Jesús como Señor porque "A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos" (Mateo 10:32);

(5) Bautizarse para perdón de los pecados porque Pedro dijo: "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados..." (Hechos 2:38).

Énfasis en el bautismo

Las iglesias de Cristo son reconocidos por su hacer gran acento en el bautismo. Sin embargo, no enfatizamos el bautismo como una "ordenanza de la iglesia" sino como un mandamiento del Señor. El Nuevo Testamento enseña que el bautismo es un acto esencial para ser salvo (Marcos 16:16; Hechos 2:38; Hechos 22:16).

No practicamos el bautismo de infantes porque el bautismo del Nuevo Testamento es sólo para pecadores que creen y se arrepienten. Un infante no tiene pecado del cual puede arrepentirse ni puede calificarse como creyente.

La única forma de bautismo que practican las iglesias de Cristo es por inmersión. La palabra griega original significa "zambuirse" o "sumergirse". Además las Escrituras siempre señalan al bautismo como una "sepultura" (Hechos 8:35-39; Romanos 6:3-4; Colosenses 2:12).

El bautismo es muy importante por razón de su propósito según el Nuevo Testamento:

(1) Para entrar en el reino (Juan 3:5);

(2) Para entrar en la muerte de Cristo (Romanos 6:3);

(3) Para entrar en Cristo (Gálatas 3:27);

(4) Para ser salvo (Marcos 16:16; 1 Pedro 3:21);

(5) Para perdón de pecados (Hechos 2:38);

(6) Para lavar los pecados (Hechos 22:16);

(7) Para pertenecer al cuerpo (la iglesia) de Cristo (1 Cor. 12:12; Efesios 1:23).

Ya que Cristo murió por los pecados de todo el mundo y como la invitación a compartir su gracia salvadora se ofrece a todos por igual (Hechos 10:34-35; Apocalipsis 22:17), no creemos que nadie está predestinado ni a la salvación ni a la perdición. Algunos escogen venir a Cristo por medio de la fe y serán salvos. Otros van a rechazar su oferta y serán condenados (Marcos 16:16). Estos últimos no se perderán porque eran señalados para la perdición, sino porque esa era su elección.

Dondequiera que esté en este momento, esperamos que usted vaya a decidir aceptar la salvación que Cristo le ofrece, que su fe sea un fe obediente y que llegara a ser miembro de Su iglesia.