¿Aparece usted en la siguiente lista?

Escribe Homero Shappley de Álamo.


 

(1 Corintios 6:9-11; 2 Timoteo 3:1-9; Apoc. 21:8).


-Fornicarios.          -Idólatras.                       -Adúlteros.
-Afeminados.         -Ladrones.                      -Avaros.
-Borrachos.            -Maldicientes.               -Estafadores.
-Burladores.          -Ingratos.                        -Impíos.
-Soberbios.            -Crueles.                         -Mentirosos.
-Hechiceros.          -Incrédulos.                    -Cobardes.

    Si usted está en la lista, su dilema es real y escalofriante. Dios no es hombre para que no cumpla su palabra. Todas sus promesas y profecías han sido cumplidas o están cumpliéndose. ¿Por qué especular que no castigue duramente a los que no lo conocen “ni obedecen el evangelio” puro (2 Tesalonicenses 1:5-10). “Sufrirán pena de eterna condenación.”


    De encontrarse en ella, sepa que no seguirá vivo en la tierra después del retorno de Cristo. No tendrá más oportunidades para humillarse y arrepentirse. Será blanco de la ira de Dios por haber violado las normas establecidas por él para su creación y por haber hecho daño a la tierra y sus habitantes (Apocalipsis 11:15-19). Los falsos profetas del susodicho “rapto” no podrán librarle, exponiéndose también ellos a la ira venidera por alimentar al pueblo con vanas esperanzas, “prodigios mentirosos” y la inflada religión del emocionalismo (2 Tesalonicenses 2:8-12).

    ¿No le parece que su única salida lógica es reconocer hoy mismo la soberanía del único Dios Verdadero sobre el universo y purificar su alma mediante “la obediencia a la verdad” (1 Pedro 1:22)? ¿Vivir en armonía con su creación, respetar su voluntad y cumplirla? “Jesús... nos libra de la ira venidera” cuando nos convertimos “de los ídolos (incluso los del dinero, del sexo y de los placeres dañinos) a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo” (1 Tesalonicenses 1:9-10). A continuación, indicamos los primeros pasos (según la Biblia).

    1. Creer. “El que creyere y fuere bautizado será salvo” (Marcos 16:16).
    2. Arrepentirse de todo vicio, de toda actitud y de todo proceder malo, de toda superstición, de todo error religioso. Dios... ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia” (Hechos 17:30-31).
    3. Confesar que Cristo es el Hijo de Dios. “Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9). 
    4. Sumergirse (bautizarse) en las aguas “para perdón de pecados” “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

    Al tomar usted estos pasos indispensables, será perdonado, santificado, justificado y añadido a la única iglesia fundada por el Señor, donde, al perseverar en el bien hacer y preservar la pureza de su espíritu, alcanzará la dicha de la salvación eterna. Nosotros los cristianos que formamos en este siglo la verdadera iglesia de Cristo estamos en las mejores disposiciones de brindarle nuestra ayuda. Dios quiere “que todos los hombres sean salvos”.
 


shclark@bellsouth.net