Las iglesias de Cristo no son lo
mismo que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. Los
Santos de los Ultimos Días, o sea, los mormones, trazan su linaje a las
supuestas nuevas revelaciones dadas a José Smith en el estado de Nueva
York en los Estados Unidos en el año 1830. Según la historia del
mormonismo, cuando José Smith era joven de 15 años, leyó Santiago 1:5 y
comenzó a orar por la sabiduría. Al orar, dijo que dos personajes se le
aparecieron. Le informaron que no debió de juntarse con ninguna secta
existente en su tiempo. Más tarde, dijo que el angel Moroni, el supuesto
hijo de Mormón, se le apareció diciendo donde se pudo encontrar algunas
planchas o tablas escondidas en el cerro Cumora cerca de su casa en Nueva
York. Esas tablas supuestamente contenían la historia verdadera de los
habitantes oriundos del Nuevo Mundo y de la plenitud del evangelio
sempiterno. A base de estos escritos supuestamente traducidos
infaliblemente por Smith y ahora llamado el Libro del Mormón, la iglesia
mormona fue fundada el 6 de abril del año 1830. Hoy día aceptan dos libros
más por ser inspirados, a saber, La Perla de Gran Precio y Doctrinas y
Covenios. Dicen que aceptan también la bíblia «hasta el punto que sea
traducida exactamente,» pero en la práctica no la aceptan cuando se
contradice con sus propios escritos. Los sucesores de José Smith, como
Brigham Young, y los otros llamados «apóstoles» o «profetas» o
«presidentes» que vinieron después también reclaman tener las revelaciones
contínuas. De hecho, ese reclamo de tener visiones y de recibir nuevas
revelaciones en adición a la bíblia es el punto central del mormonismo.
La Iglesia de Jesucristo de los
Santos de los Ultimos Días niega que la bíblia contenga el evangelio
completo. Las iglesias de Cristo afirman que la bíblia sí contiene el
evangelio completo y que por ende que no hay que esperar por más
revelaciones. Hebreos 1:1-2 declara: «Dios, habiendo hablado muchas veces
y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos
postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de
todo, y por quien asimismo hizo el universo.» No nos habla por José Smith
sino por Cristo. ¿Cómo nos habla Cristo hoy día? A través de los escritos
apostólicos. Cristo les dijo a sus apóstoles en Juan 14:26: «Mas el
Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.»
Agregó para sus apóstoles en Juan 16:13: «Pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia
cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que
habrán de venir.»
Para ser apóstol, uno tuvo que
llenar ciertas cualificaciones las cuales son imposibles de llenar hoy
día. Primero, tuvo que haber sido testigo ocular del ministerio de Cristo
y de su resurrección (Juan 15:16,27; Hechos 1:8, 22; 2:32; 3:15; 4:20, 33;
5:32: 10:39; 1 Juan 1:1-4). Como los testigos oculares del cristo vivo, es
imposible que tuviesen sucesores. Los mormones no pueden tener apóstoles
por esta razón. Segundo, los apóstoles fueron llamados y escogidos por
Cristo personalemente (Lucas 6:13, Hechos 1:2; Gálatas 1:1). Tercero, los
apóstoles habían recibido sus primeras enseñanzas directamente de
Jesucristo, y más tarde recibieron toda la verdad mediante el Espíritu
Santo (Juan 16:13). Cuarto, los apóstoles hicieron una variedad de
milagros para comprobar su apostolicidad, así confirmando sus enseñanzas
(Hebos 2:2-4; Hechos 5:19). Los supuestos «apóstoles» mormones no pueden
obrar milagros hoy día. Por eso, sus reclamos carecen de evidencia. Cuando
murió el último apóstol o profeta en el primer o segundo siglo temprano,
las revelaciones cesaron. El evangelio fue completo. Por tanto, Judas 3
nos exhorta contender «por la fe que ha sido una vez dada a los
santos.» 2 Pedro 2:3 afirma que «todas las cosas que pertenecen a la vida
y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.» Sin
embargo, los mormones dicen que todas las cosas que pertenecen a la vida y
a la piedad no habían sido dadas hasta la llegada del norteamericano José
Smith en el siglo 19. Creo que Pedro tuvo razón en vez de José Smith. 2
Timoteo 3:16,17 dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra.» Los mormones niegan que los antiguo y nuevo testamentos sean
perfectos (es decir completos) o que nos puedan preparar enteramente para
toda buena obra. Piensan que necesitamos más.
Repito, el error fundamental de
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días es su concepto
de las revelaciones en los últimos días, es decir, en los tiempos
modernos. Al mismo tiempo, me da pena decir que eso es el mismo error en
que cayen muchos creyentes en las iglesias evangélicas hoy día, tanto como
cayen los católicos romanos que creen en la infalibilidad del papa para
interpretar la bíblia y para desarrollar nuevas tradiciones para la
iglesia. A diferencia de todo eso, las iglesias de Cristo saben que se
puede restaurar la doctrina y la práctica de la iglesia primitiva basada
en la revelación completa encontrada en el Nuevo Testamento. Pero, la
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días aservera que la
iglesia es restaurada por las nuevas revelaciones. Con todo, esto no es de
restaurar lo original sino de inventar algo nuevo.
El Libro del Mormón carece de las
mismas clases de evidencias como tenemos para confirmar la exactitud de la
bíblia. Los mormones comunmente exhortan que su inspiración sea aceptada
por una fe ciega sin prueba. Pero, por medio de este concepto de «la fe»
se puede «comprobar» cualesquier otros libros inspirados, tales como el
Quran o los escritos de los Bah'ais, etc. Es interesante notar que el
prestigioso Instituto Smithsoniano en Washington publica una carta oficial
en la cual niega que las afirmaciones históricas estén de acuerdo con los
mejores hallazgos arqueológicos en las tres américas. El libro del Mormón
contiene muchas contradicciones doctrinales y varios errores históricos.
Por eso, no es la palabra de Dios.
¿Es cierto que se le apareció un
ángel a José Smith en el siglo diecinueve? Pablo escribió en Gálatas 1:8:
«Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.» Si de veras se le
apareció ese ángel Moroni, ya que le enseñó otro evangelio entonces ese
ángel es anatema, y así son los que le creen, porque es cierto que el
mormonismo es muy diferente que el evangelio, con su politeísmo, su
moralidad inferior, su falta de entendimiento de la propiciación de
Cristo, y muchas otras errores así. Las iglesias de Cristo no somos La
Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. Gracias, y hasta
la próxima.(Para una copia de este estudio, o para inscribirse en nuestro curso
bíblico por correspondencia, escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado
515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; Apartado 515, Villa Rica, Georgia,
30180.)
Continuación
parte 1